Pero insistió que pueden pasar meses entre el momento en que se expida la solicitud y la justicia argentina se pronuncie al respecto.

La magistrada rehusó comentar sobre el expediente de Bardesio, a quien entre otros delitos se le imputa el de estar vinculado a los escuadrones de la muerte que operaron en Uruguay y al secuestro y asesinato del estudiante de Agronomía Héctor Castagnetto en 1971.

De ser extraditado, Bardesio no podría acogerse a la Ley de Caducidad, que impide juzgar a ex militares y policías violadores de los derechos humanos bajo la dictadura (1973-1985), porque los crímenes que se le imputan son anteriores a esa época.

Una investigación del semanario Brecha condujo a la localización y arresto del ex represor, quien antes vivió en Canadá, México y Estados Unidos y en sus tiempos fue agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) norteamericana.

Secuestrado por los Tupamaros en 1972, Bardesio reveló la identidad de 30 miembros de los escuadrones de la muerte y cómo operaban en atentados, torturas, desapariciones y asesinatos, así como los contactos de los paramilitares con los ministerios del Interior y de Defensa.

Sus confesiones fueron leídas en una tumultuosa sesión del Senado poco antes del golpe de Estado de junio de 1973. Una de las más detalladas aludía al secuestro de Héctor Castagnetto, de 19 años.

Liberado por los Tupamaros, Bardesio se desdijo y abandonó Uruguay, posiblemente en noviembre de 1972 y “quizás protegido por los agentes de la CIA estacionados en Montevideo”, señala Brecha.