Hugo Cañón, fiscal general de Bahía Blanca, calificó a Corres como "un represor muy peligroso" y consideró que "pudo haber connivencia y complicidad (policial) para que la fuga se produzca". El ex represor solicitó permiso para ir al baño y "salió directamente por un portón que da a la calle", relató el fiscal a la televisión.

"No tenía que estar alojado en una dependencia policial sino en una unidad penitenciaria como había dispuesto la justicia en junio" pasado, dijo Cañón al explicar que en su momento "el traslado no se efectivizó porque se alegó falta de cupos" en las cárceles de la provincia.

El fiscal recordó que Corres estuvo prófugo un año y medio y afirmó que tanto él como otros ocho militares estaban a punto de ser juzgados en juicio oral y público por violaciones a los derechos humanos.

El ex represor, un ex teniente coronel de 56 años, había sido apresado en abril pasado por Interpol cuando caminaba por el centro de la capital argentina. La captura se produjo a petición del juez federal Alcindo Álvarez Canale, que actúa en la causa en la que se lo acusa por secuestros, torturas, homicidio y desaparición forzada de personas durante la dictadura (1976-83).

"Se trata de un personaje particular y siniestro que se vanagloriaba de ser quien conducía los secuestros, era el responsable primario de los interrogatorios y era quien aplicaba la picana eléctrica, además tiene antecedentes por abusos sexuales", dijo el fiscal.

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