Informe.21: Alberto Fujimori y la Guerra de Baja Intensidad

Fujimori
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Por Umberto Jara, periodista

La aplicación de esta política militar tuvo que contar con la aprobación del entonces presidente.

A raíz del proceso que se le sigue al ex presidente Alberto Fujimori, se ha difundido un concepto militar que ningún ciudadano conocía: la Guerra de Baja Intensidad. La paradoja es que, aun cuando ningún civil conocía este concepto, sus efectos alcanzaron, entre 1990 y 1992, con cruel violencia, a la población de Lima, que en ningún momento pudo intuir lo que hoy se empieza a conocer: que en las calles de la ciudad se había desatado una guerra clandestina por decisión del entonces presidente Alberto Fujimori y del alto mando militar. En esta nota, el autor del libro Ojo por ojo, la verdadera historia del grupo Colina explica en detalle este episodio, que hoy adquiere enorme relevancia.

1. ¿Qué es la Guerra de Baja Intensidad? Es un modo ilegal de enfrentamiento bélico. No son dos estados los que se enfrentan, no existe una declaratoria de guerra, los combatientes son clandestinos, no utilizan uniformes, no existe un territorio delimitado de combate, los métodos son ilegales, no existe consideración humanitaria al enemigo (se ejecuta a mansalva), la población civil termina entre dos fuegos, no se tiene en cuenta si entre las víctimas se encuentran inocentes y, sobre todo, se utiliza el elemento sicológico para infundir miedo a los oponentes y a la población. Ejemplos nítidos: el senderismo asesinando brutalmente a la dirigente comunal María Elena Moyano, cuyo cuerpo, tras ser acribillado, fue despedazado con una carga de dinamita; en la otra orilla, el grupo Colina ingresando a la casona de Barrios Altos para asesinar a 14 personas desarmadas sin distinción de quién era o no terrorista.

2. ¿Está facultado legalmente un gobierno para utilizar la Guerra de Baja Intensidad? No. Es un método ilegal y por eso está siendo procesado el ex presidente Fujimori. Este tipo de guerra consiste en enfrentar a la violencia con violencia. "Si me matas uno, te mato otro y, si puedo, dos más". Es la puesta en escena de la antiquísima Ley del Talión, que aparece en el Antiguo Testamento bajo la formulación del "ojo por ojo" como fundamento de venganza. Cuando se creía superada esta etapa de barbarie humana, la bestialidad terrorista volvió a utilizar este tipo de acción criminal para intentar conseguir sus fines, pero un gobierno que está obligado a desenvolverse dentro de la legalidad no puede descender a un nivel de barbarie que, en lugar de dar soluciones, termina exacerbando la violencia. Nuestro más grande escritor, Mario Vargas Llosa, utiliza una metáfora muy lúcida: "Semejante estrategia es contraproducente, como tratar de apagar un incendio a baldazos de combustible".

3. ¿Se podía derrotar a Sendero Luminoso sin Guerra de Baja Intensidad? Sí. Era posible utilizar otros métodos. A partir de 1989, con la creación del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), la Policía empezó a utilizar métodos de Inteligencia: infiltraciones en las filas terroristas, obtención de informantes, seguimientos, recompensas, capturas de elementos de base, estudios de documentos hallados y, sobre todo, la búsqueda de elementos de la cúpula senderista, porque, en organizaciones basadas en el fanatismo y el culto a la personalidad, capturar a sus líderes es generar una orfandad de dirección que termina por desbaratarlas.

Todo esto lo hizo el GEIN entre 1989 y 1992. Y hay un dato incontestable: el destacamento Colina, creado bajo los conceptos de la Guerra de Baja Intensidad, no capturó a ningún miembro de la cúpula terrorista; a su vez, la Policía, con sus métodos enmarcados dentro de la legalidad, capturó a toda la dirigencia senderista.

4. ¿Por qué es cuestionable la decisión de Fujimori de utilizar la Guerra de Baja Intensidad? Porque convirtió Lima en un campo de batalla con el resultado de miles de ciudadanos inocentes muertos y heridos entre 1991 y 1992.

Este es un tema que recién sale a luz y, para entenderlo, es necesario reparar fríamente en sucesos que empiezan a mostrar su real origen y dimensión. Una Guerra de Baja Intensidad se basa en operativos de réplica; es decir, si Sendero Luminoso atacaba un objetivo civil o militar, el destacamento clandestino llamado grupo Colina buscaba objetivos senderistas para eliminarlos. Cuando eso ocurría, Sendero respondía de la misma manera y el grupo Colina replicaba con similar ferocidad y, así, la espiral fue creciendo hasta alcanzar grados inusitados de violencia, que se pueden graficar en una cifra impresionante: entre enero y julio de 1992 detonaron en Lima alrededor de cuatro mil kilos de explosivos, que dejaron un paisaje de ciudad arrasada.

¿Por qué Sendero Luminoso volcó sobre la ciudad tan salvaje y reiterada violencia? Lo hizo en respuesta a las bajas que se les iba causando, especialmente con operativos clandestinos. Las cifras son elocuentes: en 1991 cayeron abatidos 1,522 subversivos y, hasta agosto de 1992, los terroristas eliminados fueron 729. En respuesta, Sendero Luminoso sacudió Lima con una violencia apocalíptica.
En ese sentido, adquiere especial relevancia esta declaración de Santiago Martin Rivas: "¿Quiénes son los que normalmente sufren las mayores consecuencias en una guerra? El personal civil. Mujeres, niños, ancianos, personas que no tienen absolutamente nada que ver con un enfrentamiento bélico porque, lamentablemente, las guerras son así". (Primera entrevista grabada en video por Umberto Jara a Santiago Martin Rivas y que ha sido incorporada al proceso).

5. ¿Al tomar la decisión, Fujimori y su entorno militar sabían que este costo de vidas humanas iba a ocurrir?. Así como Abimael Guzmán pedía a sus huestes "la cuota de sangre revolucionaria", Fujimori asumió que los civiles inocentes debían pagar las consecuencias inevitables de la estrategia clandestina que decidió poner en marcha. Ahora se entiende con nitidez por qué, en ese tiempo, los militares tenían parapetos, sacos de arena, metralletas en posición de combate y calles cerradas. Era para protegerse porque sabían de qué se trataba, pero la población no sabía nada de esa guerra subterránea y padecía los atentados uno tras otro.
Y así se llegó al hecho más cruento y doloroso de ese tiempo: el atentado de la calle Tarata. Fue la salvaje respuesta de Sendero Luminoso a un episodio propio de una Guerra de Baja Intensidad. En el 'Operativo Mudanza' del penal de Canto Grande, un pelotón clandestino ejecutó a 13 cabecillas de Sendero Luminoso. Para el jefe terrorista, la acción fue un mazazo porque "dieron muerte a mis mejores hijos". La réplica senderista fue salvaje: 600 kilos de dinamita y anfo lanzados contra dos edificios familiares de la calle Tarata.

¿Por qué tuvieron que pagar inocentes familias los costos del terrorismo de Estado? Ese es el punto central. Tarata ocurrió porque el Gobierno ingresó a esa barbarie de utilizar los operativos de réplica, el ojo por ojo.

Aquellos que todavía aplauden "las medidas antiterroristas de Fujimori" harán la pregunta de siempre: ¿qué otra cosa se podía hacer? Existe una respuesta: Abimael Guzmán y sus fanáticos dirigentes fueron capturados mediante una tarea policial realizada sin los criterios de una Guerra de Baja Intensidad. No fue una casualidad que la Policía no avisara a Fujimori que se iba a capturar a Abimael Guzmán.

http://www.peru21.com/p21impreso/Html/2008-04-03/imp2politica0874779.html

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