El proyecto, dijo Bustos en declaraciones a radio Cooperativa, permitirá 'saldar una deuda histórica con las víctimas de la dictadura' (1973-1990).

Bustos explicó que las osamentas que se han encontrado se podrán comparar con la sangre donada por los familiares de desaparecidos gracias a este banco de datos, que también se utilizará para identificar a las víctimas de accidentes o grandes catástrofes, como terremotos, frecuentes en este país.

El análisis servirá además para trazar 'una fotografía genética del mestizaje de los chilenos y de los movimientos migratorios' en el país, así como de las diferencias entre los habitantes de las distintas regiones de Chile, que tiene más de 4.200 kilómetros, desde el extremo sur de América hasta el desierto de Atacama.

No obstante, el mapa genético, que forma parte de la campaña 'Chile construye su identidad contigo', no se podrá utilizar para estudios genéticos de población indígena ni en casos de paternidad o de comisión de delitos, puesto que será anónimo.

Las muestras serán identificadas con un código de barras, que indicará solamente el lugar en el que fueron tomadas, explicó Bustos, quien calificó la investigación como un enorme desafío para el país, una gran responsabilidad y un hecho histórico de enorme importancia.

Las muestras, que serán enviadas a un laboratorio de Estados Unidos y luego serán destruidas, se han obtenido del fluido bucal de mil chilenos mayores de edad, todos hombres, ya que los investigadores están buscando tres tipos de ADN: el nuclear, el mitocondrial y el Y, y éste último sólo lo tienen los varones.

El análisis se inició el pasado miércoles en las ciudades de Iquique (1.857 kilómetros al norte de Santiago), Santiago, Concepción (515 kilómetros al sur de Santiago), Temuco (673 kilómetros al sur de Santiago) y Punta Arenas (2.244 kilómetros al sur de la capital).

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