El primer juicio que se celebra en Argentina en el que una de las víctimas se presenta como querellante de quienes la criaron como su hija se inició el 19 de febrero pasado y el tribunal a cargo del proceso tiene previsto dar a conocer la sentencia el próximo viernes.

El Tribunal Federal Cinco de Buenos Aires sentó en el banquillo de los acusados al capitán retirado del Ejército Enrique Berthier y al matrimonio formado por Osvaldo Rivas y María Cristina Gómez Pinto.

Los imputados están acusados de los delitos de sustracción de menor, falsificación de documento público y supresión de identidad de Sampallo, que integra la lista de los 88 jóvenes a los que las Abuelas de Plaza de Mayo han logrado restituirle su identidad.

Hija de los desaparecidos Mirta Barragán y Leonardo Sampallo, la joven, que ahora tiene 30 años, fue inscrita como hija propia del matrimonio Rivas-Gómez Pinto, con el nombre de María Eugenia Violeta Rivas y con fecha de nacimiento del 8 de mayo de 1978.

'Tiene que ser una condena ejemplar para que los argentinos y los extranjeros sepan de quiénes estamos hablando y de qué tipo de condena debe dárseles', declaró la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, en una rueda de prensa que ofreció junto a Sampallo.

La dirigente ratificó el anhelo de los organismos de derechos humanos de que 'tanto fiscales como jueces' apliquen 'la pena máxima' para que 'sean condenados de por vida quienes le quitaron a un ser humano la posibilidad de ser él mismo'.

Tanto la acusación particular como la Fiscalía han pedido que el matrimonio y el militar acusado de ser quien arrancó a Sampallo de los brazos de su madre biológica para entregarla a la pareja Rivas-Gómez Pinto sean condenados a 25 años de cárcel.

Por su parte, la defensa de los acusados solicitó su absolución, al alegar que 'no podían tener conocimiento' del origen de la niña y que han prescrito los cargos que se les imputan.

Las Abuelas de Plaza de Mayo, cuyos abogados patrocinan a Sampallo, calculan que unos 500 hijos de desaparecidos fueron robados a sus padres cuando estaban en cautiverio.

El letrado de la agrupación humanitaria en el juicio, Tomás Ojea Quintana, pidió a la Justicia y al Estado que tomen las medidas necesarias para que los acusados 'estén presentes y en condiciones de escuchar el veredicto'.

Dijo que la solicitud tiene por objetivo que 'no ocurra nada parecido a lo que sucedió con (Héctor) Febres', quien fue hallado muerto en la celda en la que permanecía recluido pocos días antes de la lectura del veredicto en el juicio que se le seguía por crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura.

María Eugenia cortó su vínculo con Rivas y Gómez Pinto en 1999, dos años antes de conocer su verdadera identidad gracias a unos análisis genéticos que demostraron que era hija del matrimonio Sampallo-Barragán y que había nacido en febrero de 1978, dos meses después del secuestro de sus padres.

En la rueda de prensa de hoy, la joven consideró 'lamentable' que en algunos medios de prensa 'se siga sosteniendo el término de padres adoptivos', dado que en su caso 'no existió trámite de adopción alguno'.

Terra Actualidad - EFE