Cabrera Pino, testigo de la Fiscalía, es el militar que acompañó al entonces presidente Alberto Fujimori, en su recorrido a través de escombros y cadáveres en la residencia, luego de haberse realizado el operativo militar.

Durante la operación Chavín de Huantar, el entonces coronel de infantería Leonel Cabrera se desempeñó como jefe del grupo Alfa que ingresó al primer piso de la casa del embajador nipón.

Dicho testigo deberá presentarse el próximo miércoles a las 11:00 horas en la Base Naval del Callao, donde se realizan las audiencias por este juicio.

Este caso está a cargo de la Tercera Sala Anticorrupción, que procesa al ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos, al ex jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Nicolás de Bari Hermoza Ríos y el coronel (r) Roberto Huamán Azcurra.

Todos ellos son enjuiciados por el delito de homicidio calificado por las presuntas muertes extrajudiciales de emerretistas durante el rescate de los rehenes en la residencia del embajador japonés, Morihisa Aoki.

En audiencias anteriores han declarado en calidad de testigos los entonces comandantes Jorge Fernández Robles y Hugo Robles del Castillo, quienes afirmaron que sólo recibían órdenes del coronel Williams Zapata, quien comando la ejecución del plan operativo para el rescate a los rehenes.

Todos ellos, así como los ex ‘chavines’ Augusto Jaime Patiño, Luis Alatrista Torres, y otros 103 efectivos, fueron absueltos por el Consejo de Justicia Militar, el 12 de noviembre del 2003.

Por eso, la Tercera Sala Anticorrupción procesa solo a Montesinos, Hermoza Ríos y Huaman Azcurra como autores intelectuales del delito de homicidio.

Según la acusación fiscal, existió una cadena de mando paralela que estuvo a cargo de Jesús Zamudio, a quien se sindica de asesinar a tres integrantes del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) que habían sido detenidos.
 
La operación Chavín de Huantar tuvo como objetivo liberar a 72 rehenes que fueron secuestrados por miembros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) desde diciembre de 1996 hasta el 22 de abril de 1997, en la residencia del embajador japonés en Lima, Morías Auki.

Sin embargo, según la acusación, se habrían cometido asesinatos extrajudiciales, tras la captura de al menos tres emerretistas.