Con picos y palas, las madres de Colombia buscan restos de sus hijos

Colombia
|

Hay unos 14.000 desaparecidos. Y la Justicia no tiene elementos para buscar los cuerpos.
Por: Augusto Rojas


"Esta vez tampoco fue, qué se le va a hacer." La frase, mezcla de desasosiego y resignación, la dice Ana de Dios Zapata tras una agotadora jornada de cinco horas de excavación --bajo un sol intenso y apoyada en una vieja pala que por rota hace más dispendiosa la remoción de tierra y fango-- buscando huesos y alguna prenda de Jeison, su hijo, del que no tiene noticia desde hace más de nueve años, cuando se fue de su casa y lo desaparecieron en este mismo sector de Medellín: la Comuna 13.

La mujer, que poco antes del amanecer comenzó a rastrillar lotes baldíos de este barrio de invasión en búsqueda del destino de su hijo, concluye la tarea puntualmente a las 11 de la mañana. Sólo le da tiempo para quitarse el sudor, cambiarse de ropa en el baño de una tienda de la esquina y colocar en su rostro algo de maquillaje barato antes de tomar el "Metrocable", un servicio público de teleférico que la conducirá hacia el centro de la ciudad. Su destino es el atrio de la Iglesia de La Candelaria, donde todos los miércoles se reúne con otras madres de desaparecidos para clamar --en la versión colombiana de las Madres de Plaza de Mayo, con pancartas y cánticos-- que se les permita conocer la suerte que éstos corrieron. "Yo no logro entender por qué se me llevaron a mi muchacho. Dicen que fue porque tuvo amoríos con la mujer de uno de 'los duros', otros que porque lo confundieron con el hijo de un guerrillero, pues la verdad no sé. Sería muy triste que fuera por eso, cuando ni yo misma sé quién es el padre de ese muchachito", aseguró la mujer a Clarín, de camino hacia la iglesia.

En el recorrido por este barrio --que según los vecinos es una especie de "camposanto" por la cantidad de fosas comunes que se cree hay aquí--, la mujer justifica su decisión y la de otros familiares de desaparecidos de emprender una labor encomendada a forenses del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía, pero que tras la oleada de confesiones de desmovilizados de los escuadrones de ultraderecha para buscar beneficios jurídicos desbordó la capacidad de ese organismo de encontrar e identificar los restos óseos.

"Nosotros valoramos la labor de la fiscalía, pero también entendemos que esos pobres muchachos tienen mucho trabajo. Imagínese: en Colombia somos más de doce mil los familiares de desaparecidos que estamos en la lista para que busquen a nuestros seres queridos. Si nos quedamos sentados esperando que la fiscalía nos traiga los huesitos de nuestros hijos, ahí primero nos morimos sentadas", reza.

Por eso, desde comienzos del 2007, cuando una delegación de las "Madres de la Candelaria" sostuvo varias reuniones en la cárcel con el temido jefe paramilitar Diego Fernando Murillo "alias Don Berna" y con otros jefes desmovilizados de esos escuadrones --hoy extraditados a Estados Unidos-- y éstos les dieron luces de la localización en la Comuna 13 de las fosas donde están enterradas sus víctimas, la mujer y otros familiares decidieron armarse de picos y palas para buscar desenterrar en este sector de Medellín a sus familiares. "No pretendemos reemplazar la labor de la fiscalía, solamente colaborarles. Nosotros, de acuerdo a lo que nos dijeron estos señores (victimarios), vamos por nuestra cuenta y echamos pala (por los barrios de la Comuna 13) a ver qué encontramos. Muchas veces ellos no quieren o no les sirve confesar dónde está "x" o "y" persona, y no les conviene decírselo a los jueces, entonces nosotros les decimos 'tranquilos, dígannos dónde están nuestros hijos y vamos y nosotros calladitas los buscamos'. Cuando los encontremos ahí mismito llamamos a las autoridades para la exhumación y el ADN y todo eso, porque somos conscientes que eso es muy delicado", añadió.

Pero no todas las Madres de la Candelaria están de acuerdo en emprender esa tarea. Según Zapata, una veintena de madres, apoyadas por otros familiares y vecinos, salen esporádicamente en esta improvisada labor de antropólogos. Las autoridades son conscientes de que en el sector abundan las fosas comunes. "Lo que alias don Berna declaró en la Justicia es que en ese sector de Medellín hay por lo menos 100 fosas comunes ¿Cuántas personas hay allí? No sabría decir. Lo único que puedo confirmar es que estamos recopilando información, cotejando datos para iniciar este proceso que les podría traer descanso a muchas familias en esta ciudad", aseguró Juan Carlos López, coordinador nacional del proceso de exhumaciones de la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía.

Sin embargo, el mismo organismo admite que la carencia de tecnología y de presupuesto, así como de suficiente personal especializado, dificulta enormemente su labor de exhumación e identificación de las víctimas. Según López, si el cadáver cuenta con suerte y lo acompaña algún tipo de información preliminar que permita dar con sus familiares, su identificación puede tardar hasta un año. Pero ello no ocurre en la mayoría de los casos. De los 1.559 cuerpos que se han exhumado en todo el país, se ha establecido una identidad preliminar de 513 y sólo 207 han podido recuperar su nombre, apellido y familia. Cerca de mil víctimas siguen almacenadas como huesos de "NN" en las bodegas restringidas de la Fiscalía General y la mayoría bajo tierra, a la espera de ser descubierta.

"El pasado violento del país nos avergüenza, pero nuestra tarea es tratar de mejorar el futuro. Por esta razón, estamos preparando el Centro Unico de Identificación, donde trataremos de establecer la identidad de las víctimas con más celeridad, se gestionarán más recursos para las labores de exhumación y cotejo de perfiles genéticos, y obtendremos un banco de datos único", señaló a este diario Luis González León, director de la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía, quien agrega que si bien ese organismo no tiene datos precisos de cuántas personas habría enterradas en fosas comunes en Colombia, la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía tiene actualmente 14.000 registros de personas desaparecidas.

En tanto, en la iglesia, el tema central de conversación entre la treintena de madres que se congregaron la semana pasada es la entrega a sus familias de 32 restos óseos de víctimas de paramilitares y de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que hizo la fiscalía en la sede de una universidad pública de esa ciudad. En esta ocasión se entregaron 27 restos óseos plenamente identificados y otros cinco se hicieron de manera simbólica, pues los cuerpos fueron desmembrados y arrojados al río Cauca --según admitió a los jueces el ex jefe paramilitar Éver Veloza, alias "H.H."-- para que llegaran al mar y jamás fuesen recuperados.

Las mujeres, la mayoría curtidas por los años y por el dolor de la interminable espera, son hermanas de dolor y aprovechan para celebrar con algarabía la noticia de la entrega de unos restos óseos a las afortunadas familias. Ya ni siquiera exigen que se los devuelvan vivos, dicen conformarse con saber por qué se los quitaron y qué hicieron con sus cuerpos. "En este país hay muchas víctimas silenciadas. Queremos que los entreguen, vivos ya sabemos que no, pero entonces que por favor nos devuelvan los huesitos para darles sepultura y para que recuperen el buen nombre, porque no falta quien dice que si los desaparecieron fue por algo que debían y eso es un doble dolor para nosotros: no sólo se llevaron sus cuerpos, también su honra", reflexiona Teresita Gaviria, directora de "Madres de la Candelaria".

http://www.clarin.com/diario/2008/08/04/elmundo/i-01729566.htm

Categories

About this Entry

This page contains a single entry by Marga Lacabe published on 4 de Agosto 2008 6:57 PM.

Arg - Colectivo Ex Presos Politicos y Sobrevivientes - Rosario was the previous entry in this blog.

Col - Hallan 1.300 fosas comunes en 2 años is the next entry in this blog.

Find recent content on the main index or look in the archives to find all content.