Arg - "Esto será un juicio, no un circo" (juicio a Menéndez)

Juicios
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El juez dijo que durante el proceso oral a Luciano Benjamín Menéndez y a otros represores no se permitirán desbordes en contra de los acusados. La sala de audiencias alberga a 160 personas sentadas. Arranca el 27 de mayo.

Carlos Paillet
De nuestra Redacción
cpaillet@lavozdelinterior.com.ar

Jaime Díaz Gavier tendrá la responsabilidad de presidir el Tribunal Oral que desde el 27 de mayo próximo llevará adelante el primer juicio oral y público que se realiza en Córdoba contra represores de la dictadura militar. En el banquillo de los acusados estará Luciano Benjamín Menéndez, uno de los símbolos del poder de facto de aquellos años y máximo responsable de los centros clandestinos de detención que funcionaron en jurisdicción del Tercer Cuerpo de Ejército. Otros siete represores completan el lote de procesados a los que juzgará el Tribunal Oral Federal N° 1 que, además de Díaz Gavier, integran los vocales Carlos Otero Álvarez y José Vicente Muscará.

Las expectativas sobre el inminente juicio no son menores: “Tiene un significado muy profundo porque es un largo anhelo de la sociedad argentina enjuiciar episodios que mantienen una herida abierta en el cuerpo social. Habiendo personas acusadas de delitos, no hay otro mecanismo que llevar adelante los juicios y determinar si existen, o no, responsabilidades para esas personas acusadas”, dijo Díaz Gavier.

Dada la trascendencia pública que ha alcanzado este juicio, que arrancará el martes 27 de mayo a las 9, las audiencias se desarrollarán en el salón de usos múltiples de los Tribunales Federales de Córdoba, ubicado en el primer piso del edificio, con una capacidad para 160 personas sentadas. Las audiencias se harán de martes a viernes.

“Esto va a ser un un juicio y no un circo. No es para armar de esto una tribuna futbolística”, advirtió Díaz Gavier sobre posibles desbordes contra los acusados.

El magistrado mantuvo una entrevista con La Voz del Interior, durante la cual se refirió a esos detalles de organización y a la relevancia que adquiere el proceso que le tocará conducir como titular del Tribunal N° 2.

-Recién hablaba usted del significado que tiene este juicio; pero, ¿cómo evalúa la actuación de la Justicia en los juzgamientos a los represores?

-Prefiero no abrir juicios sobre períodos de la historia de la Justicia Federal que efectivamente son controvertidos y que quizá deban ser objeto en algún momento de un pronunciamiento. Yo puedo hablarle de mi experiencia desde que se crearon los tribunales orales (en 1993) que, en mi opinión, fue la irrupción de una bocanada de aire fresco que vino a remover estructuras mentales e ideológicas de la Justicia tradicional.

-¿Se refiere a jueces cuestionados que venían desde antes de la creación de los tribunales orales?

-Evidentemente antes, de la época del gobierno militar o en la inmediatamente posterior, ya dentro del período de restauración democrática. Se marcaron dos tendencias bastante claras: una que pretendió llevar adelante estos procesos por violaciones a los derechos humanos y terrorismo de Estado, diría minoritaria, y una estructura, mayoritaria, que en el fondo provenía de aquellos períodos de facto y que no estaba mayormente interesada en que estas cosas se investigaran.

-A medida que avanzó la democracia, la Justicia se fue renovando...

-...me parece que fue así. Es un proceso que usted lo puede ver a lo largo del tiempo. Fueron jueces de la democracia los que, primeramente alguno de ellos, declararon la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.

-¿Qué opina de la recusación contra el juez Otero Álvarez que planteó la querella en el juicio a Menéndez?

-Bueno, nosotros no hicimos lugar porque la denuncia que existe contra el doctor Otero Álvarez no tiene resolución. Es decir, no podemos manejarnos por una denuncia cuyos términos no conocemos ni sabemos si están fundados en derecho. Pero, por otra parte, hay que tener en cuenta que el doctor Otero Álvarez en aquella época se desempeñaba como secretario de un tribunal y un secretario carece de poder jurisdiccional, es decir, no puede resolver por sí mismo.

-¿El juicio a Menéndez tiene repercusión social y también política?

-Indudablemente tiene una gran repercusión pública. La sociedad argentina todavía no ha terminado de procesar, en un sentido psicológico, los acontecimientos que se vivieron en la Argentina en la época en que ocurrieron los que ahora vamos a juzgar. Va a ser un juicio muy trascendente, donde se van a reflotar muchas de esas tensiones que quedaron pendientes de un período trágico. Seguramente tendrá una repercusión política, en el sentido de que la política es el arte de la regulación de las relaciones entre los individuos de una comunidad y el Estado que ellos integran.

-Me refería a que cuando Néstor Kirchner era presidente reclamó desde Córdoba la aceleración de los juicios pendientes a los genocidas.

-Hay una clara política llevada adelante por el Gobierno en este sentido, que indudablemente ha ayudado a impulsar estos procesos, acelerarlos; y efectivamente ya hay uno que ha sido elevado a nuestro tribunal para su juzgamiento. Desde nuestro punto de vista, hemos cumplido con los términos procesales. La causa ha llegado a nuestras manos hace apenas un mes y medio. La causa ha sido elevada para su juzgamiento y nosotros, en la convicción de que en estos casos la sociedad argentina necesita una respuesta jurídica, por lo pronto de reconstrucción de los hechos y de determinación de responsabilidades, si es que puede hacerse, hemos cumplido con nuestros términos procesales.

-¿Se tomarán testimonios por el sistema de videoconferencia a testigos que residen en el exterior?

-Podría ser un mecanismo. En principio es un tema que el Tribunal tiene que resolver, porque se podrían violentar algunos de los principios propios del proceso oral, que es la inmediatez en la recepción y percepción de la prueba. Hay mecanismos técnicos para hacerlo, pero hay que ver si el Tribunal los valora como un medio idóneo para la recepción de un testimonio.

-¿Hay protección a testigos?

-Sí. Está en marcha un mecanismo que está previsto en las leyes. Efectivamente es una de las preocupaciones del Tribunal y de las partes que los han ofrecido.

-¿Cuánto estima que puede durar este juicio?

-Hay 31 testigos que el Tribunal ha aceptado. Hay testimonios que pueden durar un día... Es difícil establecerlo, pero en una estimación muy laxa le diría que puede durar un mes, un mes y medio.

-¿Tienen definidos los trazos finos de la organización del juicio, como acreditaciones, ingreso del público a la sala?

-Sí. La idea es que esto va a ser un juicio y no un circo en ningún sentido, ni para aprobaciones ni desaprobaciones de nadie con relación a los acusados ni a los acusadores. Será un juicio donde se hará respetar el orden, la majestad de la Justicia y la dignidad del Tribunal. Se van a preservar el orden y el silencio. Cada uno tendrá su lugar en la sala, pero no es para armar de esto una especie de tribuna futbolística.

http://www2.lavoz.com.ar/08/04/28/secciones/politica/nota.asp?nota_id=184707

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