La llevan al RI9 y Gladys reconoce a Losito como su interrogador y lo recuerda al cura Luchetti entrando al Centro Clandestino de Detención. Una vez, mucho después lo vio en Goya y éste le refirió que tenía que agradecer su situación.

Una mañana la trasladaron a la Policía Federal, donde creyó que la iban a dejar morir porque no la alimentaban, "por suerte una noche un señor mayor se compadeció y me compró una hamburguesa" dijo.
Gladys estaba embarazada y no obstante sufrió dos intentos de violación, afortunadamente frustrados. No recibía atención médica desde que la policía de Goya, a pedido suyo la hizo atender con un médico. Recuerda que un día la viene a visitar su madre, y esa misma noche la trasladan al Pelletier. Se conmueve y conmueve a todo el auditorio.

En el Pelletier le cuentan que Juan Ramón Vargas había estado en el RI9 y que a Dorita Noriega, la esposa del "Mono" Vargas le introdujeron un palo en la vagina que le hizo perder su bebé, pudriéndose en su vientre. Poco después el rastro de Dorita, probable víctima de una septicemia, se perdería para siempre. Otro punto de su declaración en el que no puede evitar conmoverse profundamente. A sus espaldas, la mueca burlona de algunos familiares de los imputados contrasta con el cuadro emocional que su relato generó.

El 31 de enero de 1977 nace en cautiverio el hijo de Gladys, en septiembre ante el inminente traslado a un lugar desconocido, que mas tarde sabría que era la cárcel de Devoto, tuvo que dejar su hijo a su suegra.
Mucho tiempo después la celadora le avisa que la liberan, la despide Galtieri con un vaso de Whisky en la mano, diciéndole a ella y otras liberadas, que debían ser buenas madres y esposas.

Ante una pregunta del Dr. Ramón Leguizamón, abogado de la Comisión de Derechos Humanos de Corrientes, de si podía reconocer a Losito, Gladys duda, "no sé paso tanto tiempo" dice. El Tribunal permite el reconocimiento y es positivo.

El Dr. Gesino le pregunta de que color era la oficina del RI9 donde debió ir cuando fue liberada condicionalmente y cosas por el estilo, con toda la sagacidad de la que dispone.
Hanke cuenta que en una oportunidad Losito la manoseó, pero que ella entiende que fue al solo fin de humillarla, el hijo de Losito en el público halla risible esta circunstancia .

Me anima la Verdad y la Justicia, sin rencor y sin odios

Rafael Barreiro

Le toca el turno a Mario Arqueros, el hermano del desaparecido "Bocha" Arqueros. Mario tiene 51 años, y es Analista de Sistemas.

Cuando le pregunta el presidente del Tribunal acerca de su interés en la causa refiere que lo anima la Verdad y la Justicia, sin rencor y sin odios.

Mario es detenido por el propio Barreiro, quien en guardapolvos lo "levanta" discretamente en el anexo de la Facultad de Medicina. Lo traslada a el RI9 donde es sometido a la tortura conocida como "la parrilla", que consistía en aplicarle picana en las partes mas sensibles, sobre una cama metálica y con las extremidades atadas a la misma. Describe como nadie la rutina del Centro Clandestino: "a la mañana nos sentaban en bancos de maderas durante horas, los soldados conscriptos que nos cuidaban hablaban entre sí, pero cuando se callaban abruptamente se generaba un clima de terror, por en instantes se oía el sonido de mocasines, un fuerte perfume y luego los gritos. Venían de madrugada a torturar. Sus captores lo interrogaban acerca de Joaquín "el Bocha" Arqueros, su hermano.

Mario quería ser médico, estaba en tercer año y era buen alumno, si todo el horror sufrido no hubiera existido habría conservado su vocación probablemente, de todos modos se niega a considerarse frustrado. "Perdí la vocación" dijo, no me frustré.

Le dicen que van a matar a su hermano, le realizan simulacros de fusilamientos y lo mantienen detenido hasta el "79 en la Plata y lo vuelven a detener hasta el "83.

Ante la pregunta del otro abogado de la Comisión de Derechos Humanos de Corrientes, el Dr. Vigay, de si puede reconocer a Barreiro refiere que sí y a su turno lo hace sin vacilar, "hasta la misma mirada tiene" dijo con firmeza.

Aquella canción de cuna

Judith Casco cierra la jornada 16ª con uno de los mas conmovedores relatos del juicio hasta la fecha. Licenciada en Asistencia Social señala que conoce a De Marchi y Barreiro. Fue detenida el 11 de abril de 1976, a poco del Golpe de Estado, por una delegación de hombres de civil que la trasladan al RI9 con su hija Lupe de días de nacida. Joaquín, su hijo mayor queda en casa de los abuelos, con un recuerdo imborrable.
El que comandaba el operativo era una persona relativamente alta, de pelo castaño y mirada penetrante, y es quien la interroga en el RI9; "montonera, sabemos quien sos" le dijo. Había un grupo de seis o siete personas, donde una de ellas era de la Federal y otra de Gendarmería.
El hombre de la mirada penetrante le dice "decinos donde está tu marido o la torturamos a tu hija". Judith se emociona y llora al recordar estos hechos, y señala que pensó que solo era una cruel amenaza, pero más adelante, otras prisioneras le contaron que habían torturado a sus bebés sobre su cuerpo. La bebé no fue torturada por fortuna.
La trasladan un día al Pelletier (cárcel de mujeres), donde Judith duerme a Lupe con una canción de cuna. Menos un par de noches en las que Lupe no podía dormir porque tenía una otitis que la hacía llorar sin descanso, pese a los reclamos desesperados de Judith, no recibió atención pediátrica a tiempo y hasta el día de hoy tiene sinusitis y otros problemas derivados de aquel abandono de persona. Judith nuevamente se emociona y ella interminablemente ante el respetuoso y paciente silencio del Tribunal.
En junio la pasan a disposición del Poder Ejecutivo y en octubre, precisamente el día de la madre, le sacan su hija para dársela a la abuela materna, Judith tiene allí la sensación de que no la iba a ver nunca más.
La trasladan un día en aviones Hércules hasta Devoto, en medio de patadas e insultos, donde permanecería hasta su liberación condicional a fines del "81. Es allí precisamente donde la visita Lupe, llevada por su abuela, y se ven a través del vidrio. Judith le canta aquella canción de cuna que le susurraba en el Pelletier para que la reconozca, lo que provoca que Lupe salte del brazo de su abuela y se arroje contra el vidrio en un intento imposible de abrazar a su madre. Se produce nuevamente un momento muy emotivo.
Judith no puede evitar emocionarse en determinados momentos de su declaración, pero deliberadamente se niega a dejar esa imagen solamente, y reivindica su lucha y la del "Bocha" a quien describe como un tipo brillante, dicharachero, sumamente inteligente y sensible.
Señala con orgullo haber pertenecido a la generación que admiró el mayo francés, los vientos libertarios de inspiración Guevarista y el profundo sentido de justicia social del movimiento peronista.
"Queríamos la independencia económica, política y social y un sistema que nos contenga a todos, militábamos en los barrios más humildes de nuestra ciudad, nos comprometíamos con un proyecto de vida" dijo. "Otros en cambio, querían un país agro exportador, dependiente e injusto. Solamente con las torturas y la muerte pudieron destruirnos" agregó. Reconoce como sus victimarios a De Marchi y Barreiro indubitablemente.
Cierra su declaración leyendo un mensaje de texto que le envió Lupe cuando se recuperó el último nieto por parte de las "Abuelas de Plaza de Mayo". El mensaje decía: "cada vez que aparece un nieto no puedo dejar de pensar cuán sobrevivientes somos".

El regreso del cinismo

Tras la declaración de Arqueros involucrando a uno de sus defendidos el Dr. Buompadre se limitó a decir "no tenemos interés en este testigo", pero esta vez lo traicionó la aparente empatía con sus defendidos y preguntó: ¿usted amaba al Che Guevara? lo que tuvo como respuesta, que era una forma de expresarse que no debía tomarse literalmente. No conforme, le pregunta si admira el sistema que defendía el Che, parecía de pronto muy próximo a preguntar ¿es usted subversiva?.
Judith le espetó sin perder la calma: "le recuerdo que no soy la acusada", pero sin dejar que el Presidente intervenga ante el extraño interrogatorio del letrado le dijo que no tenía porqué contestar ese tipo de preguntas. Pudo expresar que ella era orgullosamente peronista, que no tenía el origen ideológico del Che aún cuando admire sus virtudes y le reconozca sus virtudes personales y militantes, pero lejos estuvo de justificarse y prefirió no prestarse a su juego.

Los incidentes

Tras la emotiva declaración de Judith, Lupe había quedado muy conmovida y sale tras su madre para regalarle ese necesario, vital abrazo de un ser querido cuando uno vive la situación de tener que exponer nuevamente los horrores sufridos en su pasado.
La casualidad quiso que los imputados salieron poco después y pasaran frente a Lupe, quien no pudo contenerse y les gritó ¡asesinos! ¡se van a podrir en la cárcel!
Los familiares de De Marchi, prefirieron no ignorar el lamento "desprolijo" de una hija dolida por la muerte de su padre y detención de su madre recientemente revivida en el Tribunal, y contestaron con sorna y sonrisas burlonas, el hijo de Losito sin embargo, el mismo que filmó en una de las primeras audiencias a los familiares de las víctimas, fue mas lejos y gritó ¡vayan a buscar a sus familiares en Brasil!
Lo deseable es que los hijos superen a sus padres, en algún sentido, quizás este hijo lo logró.

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