Allí fueron asesinados nueve estudiantes y un maestro.

Sauñi y otros miembros de Colina son testigos en el juicio contra Fujimori por las masacres de Barrios Altos y La Cantuta.  Según él, los enterraron en el mismo polígono, al que retornó días después “a echar tierra sobre los cadáveres porque se veía ropa y sangre”.

Otro ex agente, Fernando Lecca, dijo durante sus declaraciones que el jefe del escuadrón, mayor Santiago Martín Rivas, recomendó trasladar los cuerpos porque estaban mal enterrados y había huellas del crimen.
  Los cadáveres fueron descubiertos por la prensa con información de dos testigos recolectores de basura, que presenciaron el entierro.

Julio Chuqui, jefe de uno de los tres subgrupos del escuadrón, relató que se les dijo que en La Cantuta iban a detener a los autores de un atentado con coche bomba que se escondían en la universidad, cuando en realidad el teniente Aquilino Portella, otro miembro de Colina, los acusó por venganza.

El grupo Colina “se inauguró oficialmente” el 3 de noviembre de 1991, cuando sus hombres, armados de metralletas con silenciador, irrumpieron en un solar del distrito Barrios Altos de Lima, donde se celebraba una fiesta de supuestos subversivos, que en realidad eran vendedores ambulantes de helados. Allí mataron a quince personas, entre ellas un niño de 8 años. Lecca expresó que el “mayor Martín Rivas dio la orden de disparar,  y yo disparé”.

Chuqui refirió que al llegar a Barrios Altos “una persona preguntó ¿qué pasa?, y Martín Rivas, sin contestar, mete un tiro y se lo baja (lo mata)”, y cuando el suboficial Wilmer Yarlequé remataba a los heridos, “yo lo jalo para que salga. En ese momento sale el niño, y (Yarlequé) lo elimina”, recordó.

“Yo le increpo a (Wilmer) Yarlequé (...) y él me manifiesta que ese niño iba a crecer y cuando sea grande se iba a vengar (...)”, dijo Chuqui, quien “sabía que iba a correr la misma suerte y  me quedé callado nomás”.

Pedro Supo, jefe de un subgrupo, contó que tras la masacre de Barrios Altos, la muerte del niño causó indignación entre los agentes y algunos quisieron desligarse del grupo. “Él (Martín Rivas) mentó la madre y dijo: de acá nadie sale vivo, y se acabó la discusión”.

Otro ex integrante, Isaac Paquiyauri, aseguró también en el juicio a Fujimori, que el líder del grupo le contó, en medio de una celebración con alcohol, que Fujimori se sentía “desconcertado” por el asesinato del niño, y que “no se les notaba ningún tipo de remordimiento”.

El ex agente Sauñi narró cómo Colina irrumpió en junio de 1992 en la casa de la familia Ventocilla, se la llevó a un sembrío y la ejecutó. Esa misma noche detuvieron al periodista Pedro Yauri, fuerte crítico del gobierno, y lo llevaron a una playa, de donde nunca regresó.

Chuqui relató la operación El Santa, donde mataron a nueve trabajadores en paro por mejoras laborales.  “Posteriormente nos enteramos   de que (el dueño de la empresa) era   hermano del comandante general (del Ejército, Nicolás) Hermoza Ríos”.

Más testimonios
En el juicio a Fujimori  

Sin rastros
“Luego de Barrios Altos, a las operaciones siempre se llevaban palas, picos y cal para desaparecer rastros de personas”, dijo José Alarcón, un ex agente del grupo.

Suicidio
José Tena declaró que al preguntar si podía abandonar Colina le indicaron que vea la película Masacre en el barrio japonés, donde quienes dejan al grupo se suicidan.

Solo trabajo
“Para nosotros se trataba de un trabajo, como cualquier otro. Y solo teníamos que cumplirlo, y hacerlo lo mejor posible”, afirmó Alarcón.

Bautizo
Pedro Supo contó que los agentes sufrían el ritual del bautizo, en el que debían matar a alguien. Se les prometía recomendarlos para una agregaduría militar.

¿Qué era?
El grupo Colina fue un escuadrón del Ejército creado para exterminar la subversión en los   noventa. Comandando por un oficial e integrado por técnicos y suboficiales especializados en inteligencia, operó desde agosto de 1991 hasta diciembre de 1992.