Mex - Todavía hay desapariciones | México |
Piden justicia a 39 años de la Matanza del 2 de Octubre
MÉXICO (EFE).— El gobierno del presidente Felipe Calderón mantiene la “inactividad procesal” que marcó la última fase del mandato de Vicente Fox en relación con la matanza del 2 de octubre de 1968, dijeron varios activistas de los derechos humanos.
A 39 años de la masacre de la Plaza de Tlatelolco, uno de los más sangrientos capítulos de la historia de México, “me parece criminal que no se cumpla el anhelo de justicia del pueblo”, dijo la senadora Rosario Ibarra de Piedra, líder del Comité Eureka que busca a los desaparecidos de la llamada “guerra sucia”.
MÉXICO (EFE).— El gobierno del presidente Felipe Calderón mantiene la “inactividad procesal” que marcó la última fase del mandato de Vicente Fox en relación con la matanza del 2 de octubre de 1968, dijeron varios activistas de los derechos humanos.
A 39 años de la masacre de la Plaza de Tlatelolco, uno de los más sangrientos capítulos de la historia de México, “me parece criminal que no se cumpla el anhelo de justicia del pueblo”, dijo la senadora Rosario Ibarra de Piedra, líder del Comité Eureka que busca a los desaparecidos de la llamada “guerra sucia”.
Con este término se recuerda en México el período que va de fines de
los años sesenta a comienzos de los ochenta, cuando muchos activistas y
líderes campesinos y de partidos de izquierda fueron perseguidos y
asesinados por los aparatos de seguridad del Estado, sobre todo en
Guerrero.
Para muchos, el momento clave de aquellos años fue la represión desatada en la Plaza de las Tres Culturas (Tlatelolco), el 2 de octubre de 1968, una agresión contra civiles desarmados que dejó 39 muertos, según las autoridades, entre 200 y 300, según fuentes independientes.
Devastador impacto El Batallón Olimpia, un grupo de élite del Ejército, era el encargado de aplacar la protesta, pero súbitamente francotiradores apostados en edificios alrededor de la plaza abrieron fuego contra la multitud que pedía una verda-dera apertura democrática en el país.
“Fue devastador el impacto en la mayoría del pueblo mexicano”, explica la senadora Ibarra, quien denuncia que en el México de hoy sigue habiendo “desapariciones, torturas y asesinatos”.
“Yo veo algo muy similar a aquel tiempo, ese posicionamiento de soldados y soldados, esa militarización”, agrega la legisladora, próxima a cumplir 80 años y cuyo hijo Jesús era militante de la Liga Comunista 23 de Septiembre y de quien se desconoce su paradero desde 1974.
Otro activista, el portavoz del Comité del 68, Raúl Álvarez Garín, asegura que en México “hay un problema de inactividad procesal” en torno a lo que pasó en aquella época.
El ex presidente Luis Echeverría, que era secretario de Gobernación el día de la masacre, fue exonerado de culpa por esos hechos el 12 de julio.
El Tercer Tribunal Unitario en materia penal reconoció que en la Plaza de las Tres Culturas hubo un acto de genocidio, pero determinó que las pruebas presentadas no sostenían la responsabilidad de Echeverría.
Álvarez Garín considera ese fallo “corrupto” y “desvergonzado" y sostiene que Vicente Fox urdió una estrategia política para encubrir a Echeverría.
También deplora que Felipe Calderón, tras asumir la Presidencia en diciembre pasado, “convalidara las últimas medidas” de su antecesor y haya mantenido una política “ambivalente y cauta” sobre la cuestión.
Para muchos, el momento clave de aquellos años fue la represión desatada en la Plaza de las Tres Culturas (Tlatelolco), el 2 de octubre de 1968, una agresión contra civiles desarmados que dejó 39 muertos, según las autoridades, entre 200 y 300, según fuentes independientes.
Devastador impacto El Batallón Olimpia, un grupo de élite del Ejército, era el encargado de aplacar la protesta, pero súbitamente francotiradores apostados en edificios alrededor de la plaza abrieron fuego contra la multitud que pedía una verda-dera apertura democrática en el país.
“Fue devastador el impacto en la mayoría del pueblo mexicano”, explica la senadora Ibarra, quien denuncia que en el México de hoy sigue habiendo “desapariciones, torturas y asesinatos”.
“Yo veo algo muy similar a aquel tiempo, ese posicionamiento de soldados y soldados, esa militarización”, agrega la legisladora, próxima a cumplir 80 años y cuyo hijo Jesús era militante de la Liga Comunista 23 de Septiembre y de quien se desconoce su paradero desde 1974.
Otro activista, el portavoz del Comité del 68, Raúl Álvarez Garín, asegura que en México “hay un problema de inactividad procesal” en torno a lo que pasó en aquella época.
El ex presidente Luis Echeverría, que era secretario de Gobernación el día de la masacre, fue exonerado de culpa por esos hechos el 12 de julio.
El Tercer Tribunal Unitario en materia penal reconoció que en la Plaza de las Tres Culturas hubo un acto de genocidio, pero determinó que las pruebas presentadas no sostenían la responsabilidad de Echeverría.
Álvarez Garín considera ese fallo “corrupto” y “desvergonzado" y sostiene que Vicente Fox urdió una estrategia política para encubrir a Echeverría.
También deplora que Felipe Calderón, tras asumir la Presidencia en diciembre pasado, “convalidara las últimas medidas” de su antecesor y haya mantenido una política “ambivalente y cauta” sobre la cuestión.
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