"Chambí o Llambí o Llanos, Eduardo Rodolfo: desde 1978 participó en los vuelos clandestinos organizados por el Grupo de Tareas 3.3/2 y en el Sector Operativo." El nombre que denunció el fiscal Eduardo Taiano coincide: es casi exacto. Junto al de otros 294 miembros de fuerzas de seguridad forma parte de un listado de imputados que en 2005 el fiscal de la megacausa Esma le entregó al juez federal Sergio Torres para que sean indagados por los gravísimos delitos cometidos en ese centro clandestino. Llambí aún no fue citado.

A pesar de este antecedente, el vicealmirante y otros dos marinos retirados fueron recibidos hace tres semanas por Mugnolo, el "ombudsman" de los presos alojados en cárceles federales. Los ex militares se presentaron como miembros del Foro de Almirantes Retirados, una asociación desde donde defienden la actuación de la Fuerzas Armadas en "la guerra contra la subversión terrorista".

El procurador dijo desconocer quién era la persona a la que durante casi una hora, café de por medio, atendió en su despacho. "No tengo ningún antecedente, era la primera vez que lo veía. Sé que es un marino retirado pero no le presté mucha atención a ninguno de los apellidos porque no hicieron una presentación formal. Lo di por bueno, como vienen otras personas que reclaman por otros presos", aseguró Mugnolo a Crítica de la Argentina.

Como informó este diario en su edición del 1 de agosto pasado, la reunión se realizó fuera de la agenda oficial y uno de los gestores fue el hermano del procurador, el ex jefe del Estado Mayor Conjunto, Juan Carlos Mugnolo. El pedido concreto era que miembros de la Procuración entrevistaran y examinaran a Astiz, Cavallo, Juan Carlos Rolón, Adolfo Donda y compañía. El organismo cumplió, días después, con un trámite tan rápido como excepcional.

La gestión de Llambí por sus compañeros de la Esma no es la primera. En enero de este año, a veinte días del envenenamiento del ex prefecto y también represor de ese centro clandestino, Héctor Febres, el vicealmirante le envió una carta al jefe de la Armada, Jorge Godoy. En el texto le pedía el traslado a unidades militares de los ex oficiales detenidos en Marcos Paz. "Desde que comenzaron las detenciones de nuestros camaradas, su situación ha ido empeorando progresivamente hasta alcanzar el punto actual que consideramos el más bajo y humillante, y en el que las condiciones de detención han pasado a ser vejatorias", argumentaba Llambí, para quien los secuestros, torturas y desapariciones fueron "un acto de servicio" y no deberían ser juzgados "como simples delincuentes comunes".

Además de hacer lobby por sus camaradas, tras el regreso de la democracia, Llambí continuó su carrera militar y en 1995 fue Agregado Naval en la embajada argentina en Chile. Siete años después, el ex presidente Eduardo Duhalde lo nombró Comandante de Operaciones Navales, cargo que ostentaba al momento en que el detenido Febres era trasladado una o dos veces al año a dependencias del Arsenal Naval Azopardo, de Azul. Según comprobó la Justicia, esos viajes eran una especie de vacaciones de las que, incluso, participaba su familia.

Etchecolatz dice que es un "preso político"

Miguel Etchecolatz, ex mano derecha de Ramón Camps, le envió una carta de puño y letra al procurador penitenciario en la que solicitó pasar a arresto domiciliario. La epístola lleva su firma y un reclamo: "Miguel Etchecolatz, preso político".