El 27 de febrero de 2008, la joven demandó ante la justicia uruguaya la reapertura del proceso relativo a la desaparición forzada de su madre.

Este expediente había sido cerrado en virtud de la llamada ley de Caducidad que ha permitido la impunidad en Uruguay de responsables de crímenes durante la dictadura en ese país (1973-1985).

María Claudia García Iruretagoyena y Marcelo Gelman, los padres de Macarena, tenían 19 y 20 años respectivamente, cuando fueron secuestrados, el 24 de agosto de 1976 en Buenos Aires, por agentes de la dictadura militar de ese país.

La detención de los dos se realizó en el marco de la llamada Operación Cóndor, de coordinación represiva de las dictaduras de Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay, Chile y Bolivia, para exterminar a sus opositores políticos.

Marcelo y María Claudia fueron llevados a uno de los centros de tortura conocido como "Automotores Orletti". Poco después, Marcelo fue asesinado de un balazo en la cabeza y su cadáver tirado a un río al interior de un bidón con cemento, ubicado e identificado en 1989.

María Claudia, que se encontraba encinta de siete meses cuando fue secuestrada, fue entregada a agentes uruguayos que la trasladaron clandestinamente a Montevideo, siendo encarcelada en la sede del Servicio de Información y Defensa (SID), hasta el nacimiento de Macarena, el 1 de noviembre de 1976.

Dos semanas después del nacimiento de Macarena en un hospital militar, María Claudia fue trasladada a la llamada "Base Valparaíso" y asesinada por los militares.

Su cuerpo, al parecer fue tirado al mar en los llamados "vuelos de la muerte". La recién nacida fue robada y confiada a la familia de un policía uruguayo que la crió, sin que ella conociera su verdadera identidad, hasta el año 2000, en que su abuelo dio con ella.

"Fue mi madre adoptiva que me comunicó que se había descubierto mi verdadera identidad" recordó la joven, que reconoció el gran apoyo de la pareja que la adoptó para enfrentar esa nueva realidad.

"Pienso que ellos no sabían la verdad", dijo Macarena en una conferencia de prensa en París, en la que señaló no se había probado vínculos entre los responsables de la desaparición de su madre y su familia de adopción.

Macarena vino a París después de participar en Madrid en la ceremonia de entrega del Cervantes a su abuelo Juan Gelman, invitada por la asociación Donde Están, que tuvo una activa participación en la campaña para ubicarla y ahora para que se haga justicia en el caso de los desaparecidos en Uruguay.

Sobre su historia personal "que es una historia colectiva de muchos países en América Latina", la joven dijo que quizás un día escribiría un libro.

Por el momento, señaló estar dedicada sobre todo a la campaña para que se anule en Uruguay la Ley de Caducidad de pretensión punitiva del Estado, que ha permitido hasta ahora que los asesinos de su madre haya escapado a la justicia.