Jorge López: pasos y voces contra el olvido | Julio López |
(AW). La principal movilización se realizó en Plaza de Mayo, donde hubo
reclamos al Gobierno por la falta de resultados en la investigación. Hubo actos
en La Plata, Rosario, Mendoza y Córdoba, entre otras ciudades. Habló el ministro
del Interior y el hijo del testigo desaparecido dijo que todavía confía en la
Justicia. Una nota de Adriana Meyer en Página/12.
Buenos
Aires, 19 de septiembre (Agencia Walsh). Hace un año fue visto por última vez
caminando por su barrio, y no pudo estar presente cuando la Justicia condenó a
su victimario. Ayer, en todo el país hubo movilizaciones por la aparición con
vida del testigo Jorge Julio López y su hijo tuvo que improvisar una conferencia
de prensa en la puerta de la casa de Los Hornos. Adentro, Irene de López no paró
de llorar en todo el día.
El
18 de septiembre de 2006 “secuestraban a López, hoy en esta Plaza y en decenas
de plazas del país le exigimos al Gobierno su aparición con vida ya, basta de
impunidad y castigo a los culpables”, fue la consigna que cerró el documento
leído en Plaza de Mayo al término de la enorme marcha convocada por el Encuentro
Memoria, Verdad y Justicia (EMVyJ). Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo e
HIJOS acompañaron la movilización y difundieron su propio comunicado. “Doce
meses sin ninguna verdad es demasiado para la angustia familiar y social y no lo
debemos tolerar. Queremos y exigimos la verdad. Queremos y exigimos justicia”,
dijeron.
El
18 de septiembre del año pasado López pegó el involuntario faltazo a la
audiencia de los alegatos en el juicio contra el ex director de Investigaciones
de la Policía Bonaerense Miguel Etchecolatz, donde había señalado a ese represor
como quien condujo la patota que lo secuestró y asesinó a Patricia Dell’Orto y
Ambrosio de Marco. El ex comisario fue sentenciado a prisión perpetua por
delitos cometidos en el marco de un genocidio, pero López no llegó a presenciar
ese momento.
La
principal marcha comenzó a media tarde, cuando las columnas de manifestantes
empezaron a juntarse en los alrededores de la Plaza Congreso. En Avenida de Mayo
y Santiago del Estero se ubicó la cabecera con la bandera usada en cada marcha
anterior, sostenida por la ex detenida Adriana Calvo, la abogada Myriam Bregman,
Diana Kordon, de Liberpueblo, y Laura Ginsberg, de Agrupación por el
esclarecimiento de la masacre impune de la AMIA, junto a Madres de Plaza de Mayo
de La Plata, varios dirigentes gremiales, sociales, universitarios,
estudiantiles, de trabajadores ocupados y desocupados y de partidos de
izquierda, además de los organismos de derechos humanos. “Ahora, ahora, resulta
indispensable, aparición con vida y castigo a los culpables”, cantaban las
columnas al ingresar a Plaza de Mayo, igual que hace tres
décadas.
“Con
la lucha conseguimos la nulidad de las leyes de impunidad, que casi 300
represores estén procesados, que Miguel Etchecolatz fuera condenado a cadena
perpetua con cárcel común y que un tribunal reconociera por primera vez que en
nuestro país hubo un genocidio”, se escuchó en la potente voz de Liliana Daunes
cuando comenzó la lectura del documento del EMVyJ.
“El
precio que los genocidas pretenden hacernos pagar por esos triunfos es el
secuestro y la desaparición de uno de los testigos de ese juicio, nuestro
compañero Jorge Julio López”, completó la militante locutora. Minutos antes,
habían sido colocados cuatro cerámicos especialmente creados por los obreros y
obreras de la recuperada fábrica Zanón, con la misma exigencia a la actual
administración de que el testigo aparezca vivo. Fueron pegados al pie de la
Pirámide de Mayo y al lado de la placa bajo la cual están las cenizas de la
madre de Plaza de Mayo Azucena Villaflor.
Las
Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, las Abuelas de Plaza de Mayo y la
agrupación HIJOS se ubicaron al final de las columnas y difundieron su propio
documento. “Acá estamos los organismos en el aniversario de la desaparición de
Julio López, y me corre frío cuando digo que en democracia tengamos que gritar
aparición con vida. No digo que el Gobierno nos oculte absolutamente nada, pero
al menos que nos digan qué están haciendo. No puede ser que en democracia
tengamos un desaparecido y que no tengamos noticias. A Julio López no se lo
tragó la tierra, y sí, el Estado es responsable”, expresó a Página/12 Tati
Almeida, con su pañuelo blanco y sosteniendo una bandera argentina. Por su
parte, Nora Cortiñas, en la misma actitud, manifestó:
“No
se hizo lo que se tenía que hacer, se lo abandonó a Julio desde el propio
Estado, cuando hubo datos y pistas hubo indiferencia, debilidad o ineficiencia.
Un desaparecido es del pueblo y del Gobierno, y tenían que buscarlo con todas
las fuerzas, y eso no se hizo. Ahora ofrecer una recompensa es como del far
west. Una desaparición la puede realizar sólo bolsones de represores que
quedaron en la impunidad, y el Gobierno tiene que terminar con esto”. Página/12
le preguntó sobre el efecto social de la desaparición de López. “La intención es
meter miedo y era parar los juicios. No los vamos a parar, todo el trabajo de
este año lo hicieron los detenidos desaparecidos y los testigos de los juicios,
por eso vamos a seguir apoyándolos. El ‘nunca más’ sólo va a darse si realmente
hay voluntad política, por eso el Presidente debió ponerse al frente de la
búsqueda y no dejar que los ministros contesten las barbaridades que
escuchamos”, respondió.
El
documento del Encuentro dejaba menos lugar para los matices: “El gobierno
nacional y provincial y el Poder Judicial se encargaron de garantizar la
impunidad de los culpables, obstruyendo en forma sistemática toda pista que
pudiera dar con los responsables. Le entregaron la investigación a aquellos que
deben ser investigados: la SIDE, el Servicio Penitenciario Federal, la Policía
Bonaerense y la Federal, todos organismos que se encargaron de ocultar
información, frustrar pruebas, abandonar líneas de investigación, sin que
ninguno de los responsables de estas graves irregularidades hayan recibido
sanción alguna”, denunciaron las más de 500 organizaciones que lo firmaron. En
un tono de esperanza destacaron que “ninguno de los más de 50 testigos
propuestos por la querella unificada del juicio oral al ex capellán de la
bonaerense Christian Von Wernich se negó a declarar contra el
genocida”.
Los
párrafos siguientes fueron dedicados a “las luchas populares que tampoco fueron
frenadas por la desaparición de Julio”. Pidieron castigo a los asesinos del
maestro neuquino Carlos Fuentealba, la lucha del cuerpo de delegados del Subte,
del Indec, del Bauen, del Hospital Francés y del Clínicas; exigieron el retiro
de la Gendarmería de Santa Cruz, así como el “desprocesamiento de luchadores
populares, la libertad de todos los presos políticos y la anulación de la ley
antiterrorista”. “Estamos en la calle como hace treinta años lo estaban los
secuestrados en la Noche de los Lápices”, recordaron.
AGENCIA
DE COMUNICACION RODOLFO WALSH
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Un
año sin López
(AW). Informe de la cobertura conjunta entre AnRed y Prensa de Frente con
motivo de las actividades a un año de la desaparición de Julio. Nuestro saludo
por esta iniciativa de trabajar de conjunto entre medios alternativos de contra
información.
Buenos
Aires, 19 de septiembre de 2007 (Agencia Walsh). El 18 de septiembre, Julio
López tenía que presentarse para participar de los alegatos contra el genocida
Miguel Osvaldo Etchecolatz. No llegó. Desde ese momento, se ha convertido en un
ex detenido- desaparecido vuelto a desaparecer. A un año de su secuestro, el
Gobierno no ha dado respuestas excepto por las declaraciones del subsecretario
de Derechos Humanos bonaerense, Edgardo Binstock, que lo dio por muerto.
Masiva
movilización en La Plata .Sin recompensa para tanta
impunidad
-Cobertura
conjunta: ANRed - Prensa De Frente - Un 18 de septiembre de 2006, Jorge Julio
López, testigo clave del juicio contra el represor Etchecolatz, desparecía en el
momento que los tribunales de La Plata condenaban al genocida. Desde entonces,
no se sabe nada de él; el silencio del gobierno nacional y la pantomima de
recompensas que ofrece el gobierno bonaerense, las irregularidades y tardanzas
en la vías investigativas, la ausencia de detenidos, coronan un episodio cargado
de impunidad. Desde las tres de la tarde, en la plaza San Martín, comenzó la
jornada de lucha de mayor convocatoria exigiendo la investigación y el juicio y
castigo a los responsables de la desaparición. La movilización fue organizada
desde la Multisectorial de La Plata.
Ciudad
de Buenos Aires
Miles
de personas marcharon en la Ciudad de Buenos Aires al cumplirse un año de la
desaparición de Jorge Julio López. Convocados por el espacio "Memoria, verdad y
justicia", organizaciones populares, partidos políticos, movimientos de
trabajadores desocupados, universitarios, centros de estudiantes, organismos de
DDHH, reclamaron por la aparición con vida del testigo por el que Etchecolatz,
quien fuera director de investigaciones de la policía de la Provincia de Buenos
Aires y mano derecha de Ramón Camps, durante la última dictadura militar, fue
condenado a prisión perpetua por genocidio. El gobierno y la justicia siguen sin
dar respuestas a su desaparición agravando el marco de impunidad con que se
mueven los que secuestraron a Julio.
AGENCIA
DE COMUNICACION RODOLFO WALSH
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La
banalización del Nunca Más en la democracia
kirchnerista
(AW). La aparición de Julio no es tarea que pueda llevar adelante este
Estado al igual que el verdadero Juicio y Castigo. Estas tareas no solo exceden
a los militantes de DDHH sino a la izquierda toda por mas gritos que pegue. Solo
lo lograremos cuando las tomen en sus manos los trabajadores con sus métodos y
organizaciones clasistas. Una nota de José Ernesto Schulman, para
Rebelión.
Buenos
Aires, 19 de septiembre de 2007 (Agencia Walsh). Entre actos electorales, más o
menos fraudulentos, y toda clase de
discursos, museos y programas televisivos sobre las víctimas de la dictadura
militar, la desaparición de Julio pareciera que cruza un límite imaginario pero
no menos consistente (el del año de ausencia forzada): Julio López es ya el
desaparecido 30.001.
O
el primero en la etapa de las democracias restringidas, las "democraduras" de
las que hablaba Galeano en los `80, en polémica con el discurso "progre" del
supuesto "transito a la democracia" en que nos encontraríamos.
En
su momento, con la pluma del "héroe moral" argentino Ernesto Sábato, redactor de
su famoso prólogo, el Nunca Más se instaló como una divisoria de aguas
imbatible: hubo desaparecidos, torturas y niños robados, ya no los hay. No
importarían los torturados en sede policial, ni siquiera las víctimas del
gatillo fácil, ni los ejecutados en medio de movilizaciones sociales, ni los
nuevos presos políticos. Para los medios, buena parte de la sociedad y un sector
de los organismos de derechos humanos se trataba de excesos o hechos
excepcionales que no cuestionaban el Nunca Más transformado en icono de los
nuevos tiempos democráticos.
Si
uno acercara el foco al periodo histórico en análisis vería un movimiento
ondulatorio: la ilusión en la fortaleza del Nunca Más se acrecienta con el
triunfo de los políticos progresistas, léase Alfonsín, De La Rúa y Kirchner,
tanto como se debilita al final de sus mandatos pero nunca la ilusión en la
vigencia de los derechos humanos y la vuelta de página de la "historia de
violencia" había sido tan grande como en el actual gobierno que fogoneó y/o se
aupó en la anulación de las leyes de impunidad, el cambio de la Corte Suprema,
el desalojo de la Marina de la Esma, la reapertura -cierto que modesta- de los
juicios contra los genocidas y un cierto reconocimiento público hacia las
víctimas del terrorismo de Estado.
Por
eso el secuestro de López golpeó tan fuerte y amplió la brecha que separa a los
militantes de derechos humanos, aún dentro de las mismas organizaciones, entre
quienes asumen que el secuestro de López, tanto como luego fue el asesinato de
Fuentealba, revelan la persistencia de un aparato represivo que actúa en los dos
bordes de la institucionalidad, protegido por los núcleos duros del Poder y
amparado en una cultura represiva y macartista, hoy "antiterrorista", que les
genera un amplio espacio de acción, todo lo cual pone en cuestión el Nunca Más y
quienes se aferran patéticamente a la identificación entre dictadura y violación
de derechos humanos (tal como hacen entre menemismo y neoliberalismo) para
fingir que López y Fuentealba son hechos "excepcionales" producto de grupos
minoritarios o gobernadores de tierras lejanas.
Si
el Nunca Más de Sábato y Alfonsín pretendía trazar una línea divisoria, lo hacía
a partir de una operación ideológica previa: la mutilación del concepto de
derechos humanos de su perspectiva económica/social/cultural; es decir, desde un
reducccionismo netamente liberal que sólo acepta como derechos a los
individuales. Para el treinta aniversario del Golpe de Estado de 1976, el
gobierno de Kirchner reeditó el Nunca Más en una versión actualizada (que
incorpora todas las denuncias efectuadas desde setiembre de 1984 a la fecha,
unos 1.500 legajos nuevos) que cuenta con un prólogo propio redactado por el
Secretario de Derechos Humanos, el Dr. Eduardo Luis Duhalde, quién amén de
criticar la teoría de los "dos demonios” implícita en el primer prólogo de
Sábato, realiza su propia operación ideológica.
En
este caso la operación consiste en trazar una raya entre el pasado y el presente
creyendo (?) que las palabras y los gestos espantarían los espectros del Terror.
Pero éstos han resistido todos los conjuros y rogativas y siguen aquí, están
entre nosotros tanto como los represores impunes, los policías golpeadores, la
Ley Antiterrorista, los jueces que avalan la tortura y la estrategia de los
genocidas de morir sin condena alargando al infinito los tiempos de la Justicia.
Y si todo esto es así deberíamos recordar aquella advertencia Sandinista de los
'80: "Quien quiera democracia en América Latina, debe luchar contra la
dependencia y el imperialismo", que hoy se podría traducir como que es
incompatible el pago de la deuda externa y las superganancias de las
trasnacionales con el discurso pseudo setentista de Néstor y Cristina. Y todavía
deberíamos decir algo sobre la banalización del Nunca Más y la izquierda. ¿De
qué modo afecta a nuestro discurso la desaparición de López? Porque nos afecta,
aunque algunos crean que todo puede seguir igual.
A
modo de apuntes para un debate en forma (que no pretendo hacer en estas líneas)
aporto las siguientes ideas: a) las democracias representativas no garantizan el
Nunca Más ni son democracias verdaderas; b) al interior del bloque de poder
existen diversos proyectos y estrategias, una de las cuales sueña con el retorno
a las dictaduras y el Terror explícito, más allá de las bondades del sistema de
dominación vigente desde el ´83, contra ellos corresponde sumar todas las
fuerzas posibles; c) la lucha política no puede privarse de la disputa
electoral, en tanto es hoy el escenario impuesto por el Poder y aceptado por la
sociedad, pero no puede limitarse a él, sin construcción de Poder Popular
concebido como autonomía (distancia del Poder, capacidad de auto organización y
de confrontación, combate a la cultura represora y dominante) la democracia
seguirá siendo una ficción, pero una ficción que será visualizada como real por
lo más yd) la lucha por los derechos humanos para ser tal deberá ser por el
Juicio y Castigo y la memoria histórica tanto como contra las violaciones
cotidianas y sobre todo deberá dejar de ser
patrimonio de especialistas, personalidades u organismos especializados y
deberá ser patrimonio del conjunto del movimiento popular, tal como ahora
debiera ser la luchapor la aparición con vida de Julio López.
AGENCIA
DE COMUNICACION RODOLFO WALSH
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