Desaparecido el 19 de mayo de 1978

Tenía 27 años
Era abogado.
Era vecino de la calle Amadeo Sabattini de la ciudad de Caseros
Fue secuestrado en Capital
No hay testimonio de su paso por un CCD

A 30 años de su secuestro por los milicos Mi hermano y gracias al esfuerzo casi sobrehumano de mi padre que se empeñó en que debíamos estudiar, porque en su mente estaba presente el gran avance que había supuesto para la sociedad y para él en particular que no habiendo trabajado más que de ayudante de calderero en la empresa Vicente Illa de Barcelona, había podido estudiar durante la II República hasta conseguir graduarse como técnico electricista, y luego llegar a oficial siendo piloto aeronáutico voluntario durante la Guerra Civil Española. Haber sido parte técnica sustancial en la fábrica que se puso a fabricar la Birome, invento de Biro y financiado por Meine en Buenos Aires. Patente que después recuerdo se vendió a Parker Pen. Mi hermano en plena dictadura de Onganía aprobó los exámenes de ingreso para la facultad de derecho de Buenos Aires, otros compañeros de secundaria suyos al no aprobar en la pública estudiaron en universidades privadas, lujo éste que mi hermano no hubiera podido darse. En 1969 ya cursaba los primeros cursos en la Facultad de Avenida del Libertador. Yo quería ser médico, al llegar al 3er año y en 1975 con la facultad de medicina tomada por los policías uniformados y de civil que el ministro Ivanissevich vulnerando la autonomía universitaria había instalado, y ante esa gran presión que me llevó a ganarles una media maratón desde la puerta de la facu hasta la plaza de los dos congresos, no volví a la facultad y no continué estudiando cuando me faltaba aprobar química para completar 3ro. Mi hermano al entrar en contacto con el derecho, también lo hizo con las violaciones al mismo que se sucedían en esos tiempos, a la vez que asesoraba y ayudaba a vecinos sin poder adquisitivo, trabajaba de pasante en un despacho de abogados, seguía estudiando y poco antes de finalizar la carrera, lo que consiguió en 1974, había participado en la fundación de la Agrupación Martins Delleroni de estudiantes de derecho. Yo desconocía su militancia concreta, pero cuando fué el golpe militar estaba empeñado en formar grupos de resistencia amplios junto con otras personas comprometidas del barrio, así se reunía con gente que luego supe que eran del FRP-17, y del PB aunque él no se reinvindicaba peronista, dió la coincidencia que una semana casi después de que secuestraran a Eriko Sandoval y a su compañera, y casi un año después de que me hubieran ido a buscar a mí de madrugada y no se lo llevaran a él, fueron a buscarlo al despacho del barrio de Bergrano y se lo llevaron. Según me contó mi padre, hubo varios que lo conocían y que manifestaron tener datos sobre su secuestro y otros por haberlo visto en algún centro de detención, quizás Campo de Mayo, pero cuando mi padre les pidió que atestiguaran en el juicio al recuperar la democracia, díieron que si él decía que ellos habían dicho eso, lo negarían. Ha pasado mucho tiempo, y no se han retractado, sólo en una visita que realicé a mi antiguo barrio una vecina me dijo que aunque mi madre lo negara, un día un helicóptero se puso sobre mi casa tan bajo que los pies de la persona que llevaban descalza y colgando por los brazos de los patines de aparato, era mi hermano, mi madre dice que no por que no le contestó cuando lo llamó. Puedo asegurar que no era combatiente, no puedo asegurar cual era su militancia, pero sí puedo asegurar que su compromiso siempre fué con los más débiles, con los explotados y su voz pública se expresó sólo una vez al inicio del accionar de las AAA en una revista política (no recuerdo su nombre) en las cartas al director, y por ese escrito y tras haber sido arrestado durante el entierro del diputado Ortega Peña, las AAA fueron dos veces a buscarlo. Por eso me extrañó que cuando el teniente del ejército argentino que comandaba el grupo de tareas que fue a secuestrarme a mí de madrugada el 17 de agosto de 1977, cuando llamó por teléfono a su jefatura dijera que "el que buscamos no está, pero está su hermano que es abogado, ¿les interesa?", y se ve que le dijeron que no porque se fueron y entonces mis padres pudieron quitar las cintras que cubrían sus ojos y boca, hacerlo entrar en casa y reconfortarlo del frío de la noche porque lo habían tirado al medio de la calle en camiseta y calzoncillos. Al pirmer vecino que encendió la luz le gritaron: "Somos las fuerzas conjuntas, apague la luz o abrimos fuego" Esa persona llamó a la policía y la policía la dejó esperando al teléfono. El 29 de marzo de 2008 mi hermano hubiera cumplido 57 años. Algún día la calle donde nací, en vez de haberse llamado calle Giles, Presdiente Perón o Amadeo Sabattini debería tener el nombre de los luchadores populares que fueron víctimas de los planes de inteligencia norteamericanos que llevaron a la prácticas los militares argentinos. En esa calle vivían Juan Carlos Sandoval que cuando lo secuestraron era consejal por el Frejuli en Caseros, Eriko Sandoval, su primo, militante histórico del FRP-17 y que yo sepa mi hermano, como tantos otros desaparecidos que no encuentro en los listados pero que fueron secuestrados en esa larga noche negra. Mónica Fernández de la zona de la Curva del Mate al lado de Palomar, otro vecino del barrio: Tomás de la calle Pringles, o Ruffo de Pringles y Fischetti... Todos de Caseros. Y parece que de lo único que hay memoria es del inspirardor de La Balsa. Ah!, otro músico Luis Frutos, que se lo llevaron de su casa los primeros días de la dictadura. Vivía en la calle Urquiza, en Caseros Norte. Guillem Vendrell

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