desaparecidos

Patricia Silvia Silberstein "Patito"
Detenida-Desaparecida el 18/1/77



Tenía 19 años

Era soltera

Fue secuestrada en la vía pública en Capital
No tenemos testimonio de su paso por un campo de concentración.

 Patricia Silberstein

Evocación de sus compañeros de la escuela secundaria, "El Pellegrini".

.- En torno a Patricia .-

Evocando a Patricia Silberstein.-

(ex alumna 3º div.TM promocion '74)

"Papá, cuéntame otra vez..."

Así empieza la canción de un joven cantautor español, que seguramente habrá crecido escuchando las andanzas juveniles de unos padres de los '70, del Mayo Francés y la imaginación al poder, en la España de un Franco ya envejecido que no mataba más que el tiempo. De ahí esa visión entre romanticona y edulcorada, de épocas más parecidas al Woodstock hippie que al infierno que tuvimos por aquí...

Y dulce guerrilla urbana
en pantalones de campana.
Y canciones de los Rollings,
Y niñas en minifalda".

Y sin embargo, cuando trato de traer a la memoria nuestras conversaciones de entonces, siento que estábamos mucho más cerca de esa visión romántica que de una verdadera conciencia de las oscuras fuerzas que estábamos desafiando, jugando un juego que no era nuestro, y que a la vuelta de unos pocos años costaría la vida de tantos...

Qué decir de Patito? Que era dulce y rubia, y que ciertamente lucía tan bien su minifalda. Que cantábamos a morir las canciones de Sui Géneris, y que tan pronto nos sentábamos en corro a su alrededor para oír extasiadas sus primeras experiencias sexuales, como para asomarnos a los misterios del explosivo plástico. Con la misma fascinación, la observábamos oficiando como sacerdotisa iniciada en rituales de vida y de muerte que ni nosotros ni ella terminábamos de entender del todo.

Teníamos apenas quince años, y nos asomábamos a la vida en un momento en que a través del mundo la oleada de revoluciones desatada por la experiencia cubana había puesto a los pueblos a soñar

El golpe militar en Chile fue nuestro bautismo de fuego, y de pronto salimos a las calles y cambiamos los bailes de los sábados por las manifestaciones. Y coreábamos "Hermanos chilenos, no bajen las banderas, que acá estamos dispuestos a cruzar la cordillera" con la misma pasión con que los adolescentes de hoy corean Bandana.

A la vuelta de los años me pregunto si realmente algún grupo armado de aquellos tiempos habrá ido real y concretamente a defender con esas armas el gobierno de Salvador Allende. Lo dudo, porque ni el propio gobierno de Allende había preparado a su pueblo sobre lo que podría venírseles encima. Tan convencidos estaban de la posibilidad de la vía electoral al socialismo. Pero bueno, eso es materia de otra historia.

O tal vez, no. Porque hablando de dirigencias irresponsables, recuerdo un volante que circuló por el colegio en esos años, con una estrella de cinco puntas en el copete, donde la maldita profe de Química, que en otras épocas no habría pasado de ser una reverendísima h.... de p....., se había transformado por obra y gracia de algún granujiento quinceañero sobrepolitizado en ..... un agente del Imperialismo! Nada más y nada menos!

Quiero creer que ningún adulto de esa corriente vio semejante insulto a la razón, aunque más no sea por el respeto que me merece una dirección que, al menos, tuvo la decencia de morir junto con sus militantes. Pero valga el detalle para ilustrar la locura de esos años de plomo reflejada al interior de un colegio secundario, donde pibes más preparados para organizar el viaje de egresados que la revolución socialista, se veían ante la alternativa del "pase a la clandestinidad".

Y acerca de Patricia, bueno, no dudo de que a pesar del desfasaje que existe entre mi memoria de los 16 y su elección de los 19 ò 20, haya sido plenamente consciente de lo que hacía. Lo cual no exonera en absoluto de responsabilidad política a los dirigentes que llevaron una generación entera al desastre

A la luz de los hechos, duele pensar que tanta muerte joven haya sido en vano. Hubiera sido hermoso reencontrarla, aunque más no fuera convertida en una "idishe mame" o siendo alguien totalmente diferente de lo que algún día quiso ser. Pero qué lindo si la hubieran dejado llegar a serlo! Aunque ya no compartiéramos ideas, habríamos intercambiado fotos de nuestros hijos, los recuerdos de las locuras que hicimos juntas, el afecto...en fin, la vida transcurrida.

O tal vez mejor, si siguiéramos adhiriendo a las mismas ideas, sentarnos a reflexionar sobre lo vivido, y reafirmar que el error no estuvo en el sueño, sino en el método elegido para realizarlo. Y convenir que el camino será más largo de lo que creíamos, pero que alguna vez habrá que seguirlo hasta el final, porque el atajo resultó un callejón sin salida.

"Detrás de las paredes, que ayer te han levantado
te ruego que respires todavía.
Apoyo mis espaldas, y espero que me abraces,
Atravesando el muro de mis días.
Y rasguña las piedras... hasta mí."

Pato, no me despido porque nunca te fuiste ni te irás del todo. En realidad, la presencia de tu ausencia se sienta entre nosotros cada vez que se reúne la Tercera. Y aunque nadie te nombrara, en algún momento estaríamos hablando de vos y de todos los demás.

Nuestra generación llevará siempre, como una sombra, la marca de los que faltan, y la clara conciencia de ser sobrevivientes.

Sólo espero que descanses en paz, porque mientras unos pocos sigan teniendo demasiado y millones casi nada, tu sueño estará a salvo y multiplicándose por simple arte de humanidad empecinada.

¿Conociste a Patricia Silberstein?


Si conociste a Patricia Silberstein y querés compartir tus memorias o cualquier información sobre ella - o si sabés que le pasó luego de su desaparición -, por favor escribinos.

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