desaparecidos
Beatríz Le Fur
Detenida-Desaparecida en junio de 1976



 Beatríz Le Fur  Beatríz Le Fur


Beatriz Le Fur de chica Beatríz Le Fur nació en Avellaneda (Provincia de Buenos Aires) el 9 de junio de 1954 y llevó a cabo estudios de profesorado de Jardín de Infantes en la Escuela Normal Antonio Mentruit de Lomas de Zamora. Aunque no se refleje en las fotografías, un agudo humor la caracterizaba...

Si bien no existen datos de sobrevivientes, las investigaciones realizadas (01406 CONADEP) indican que fue secuestrada por la policía de la Provincia de Buenos Aires el 15 de junio de 1976 y entregada al ejército que la mantuvo cautiva (por lo menos, hasta fines de ese año) en el centro clandestino de detención que más tarde se conociera con el nombre de "Puente 12".

Beatriz Le Fur y familia en la playa Sus amigos y familiares (sin restar responsabilidad a sus victimarias) sabemos que su deseo era no presentarse como la víctima. Fieles a ese deseo, para nada incompatible con su compromiso político, sostenemos que el terrorismo de estado que nos arrancó su ocurrente presencia, constituye el antecedente lógico del lazo social sin trabajo y sin ley que le sucedió.


Beatriz Le Fur tenía 23 años. Militó en la Comisión de Familiares de Presos Políticos Estudiantiles y Gremiales. Recibía la denuncia de las detenciones para hacer Habeas Corpus y avisar a los familiares en el Bar Gildo de Corrientes y Medrano, Ciudad de Buenos Aires.

Fue secuestrada en la Provincia de Buenos Aires entre el 10 y el 15 de junio de 1976. Cursó su primaria en la escuela Nº 9 Martín Güemes (Pavón y Castro Barros) allí se colocará una placa en su honor.

Beatriz Le Fur

Conocí a Beatriz casi toda mi vida. Estuvimos en la misma clase todo el primario y junto con otra nena, Adriana, la pasábamos juntas todo el tiempo, jugando en la vereda o una en la casa de otra. En el secundario estudiamos en el mismo colegio pero no seguimos siendo amigas como fuimos

A los 18 años me vine a Israel y me enteré de lo que le pasó a Beatriz mirando un programa que se ocupaba de la gente que fue raptada en Argentina. Ahí estaba su foto, cubriendo la pantalla de mi televisor.Tan hermosa, como siempre lo fue. Silvia Grysack de Turner

Beatriz Le Fur

Beatriz Le Fur nació el 9-6-54. Vivió en del Valle Iberlucea 3381, Lanús. Después de zafar de un secuestro de la Triple A, pasó a la clandestinidad. Esa condición no le impidió visitar a sus hermanas el día en que cumplía 22 años. Una semana más tarde (16-6-76) miembros del ejército visitaron a sus padres en busca de un supuesto objeto escondido en una planta de rosa china. Cuando se retiraron -después de encontrar sólo huesos enterrados por el perro de la casa- sus padres se apresuraron en presentar el primer habeas corpus. Comprendieron que Beatriz -probablemente durante las torturas- había decidido que sus verdugos se encarguen de denunciar su secuestro. El aviso de los padres de un exiliado en Suecia (aún no ubicado, lamentablemente) y llamados anónimos, indican que fue detenida por la policía provincial y entregada al ejército, quien la mantuvo con vida en el campo clandestino de concentración, tortura y exterminio Proto-Banco o Brigada Güemes (ubicado en Puente 12) hasta fines de 1976. Cabe esperar que en el próximo juicio al Cuerpo I del Ejército se presenten testigos para ratificar o rectificar estas versiones. Quizás este medio coadyuve a la presentación de testigos ¡Bienvenidos sean!

"… El 25 de diciembre de 1975, a la mañana temprano, vino una chica a decirme si yo quería y me animaba a ir la casa de los familiares para avisarles que había caído su hijo y darles el habeas corpus para que lo presenten […] Se llamaba Beatriz Le Fur y era una hermosa joven, delgada, de tez blanca, cabellos lacios y ojos pardos…" [Plis-Sterenberg Gustavo: Monte Chingolo. La mayor batalla de la guerrilla argentina, Bs. As., Planeta 2003 (página 358)]

No era fácil la empresa para la que Beatriz pedía ayuda. Podría haber apelado a la lucha de clase o al coraje revolucionario. Sin embargo dijo: si querés y te animás ¿Qué mejor presentación de una joven que quería cambiar el mundo empezando por respetar a quienes lo habitaban? Beatriz fue detenida por primera vez a los 19 años. Se había casado días antes y su marido permaneció en las mazmorras del régimen durante diez años. En ese momento, la familia de su marido ofreció pagar abogados de renombre y su padre decidió que la defiendan los elegidos por ella: Silvio Frondizi y Manuela Santucho. Tras permanecer una semana en el SIDE (Superintendencia de Seguridad) después de un operativo con gran despliegue del ejército, admitió cierto resquemor para circular en el barrio y le pidió a su hermana Alicia alojarse por unos días en su casa. Aceptado lo cual, se borró de la escena para reaparecer minutos más tarde lamiendo un helado. Un helado cura los miedos y las vergüenzas, sostuvo y se quedó en el barrio para frustración de la hija de Alicia de cuatro años que adoraba a su tía. Beatriz militaba con alegría a favor de los presos políticos. La segunda vez que la apresaron dejó inconclusa en Barracas la pintada: libertad a los combatientes por la liber… -Quiero dejar un mundo mejor del que me recibió, respondió a su padre cuando él le advirtió sobre la fuerza del enemigo ¿Por qué reducir la política a la gravedad y al sacrificio y no al deseo? El filósofo francés Alain Badiou postula: La política empieza cuando se renuncia a representar a las víctimas para ser fiel a los acontecimientos donde se pronuncia el sujeto colectivo. Veinte años antes de formularse ese axioma, Beatriz entendía la política como fidelidad al deseo de vivir mejor. Lo cual no se confunde con capricho, fortaleza yoica o cualquier otra forma de narcisismo…

Entre las muchas emociones que nos brindó el encuentro: un vecino aportó su amoladora para resolver personalmente el problema de adecuación entre la baldosa y el pozo destinado a albergarla. Para coronar las emociones, una que reconcilia con la condición humana. Cuando el acto llegaba a su fin, un pibe (tipo 10 años) vendedor de florcitas, que había presenciado al acto de modo respetuoso, se acercó tímidamente a la baldosa y sacó de su cajoncito un ramo de violetas y lo depositó sobre la baldosa. Un año después una chica se las ingenió para escribirnos: Estoy muy triste, porque paso todos por Corrientes y Medrano y hoy vi como los obreros de Metrogas levantaban la baldosa de Beatriz como si fuera una baldosa más. Ana (15-6-07) . Compartimos su tristeza, pero su cuidado de la baldosa, le brinda sentido a nuestro emprendimiento. El martes 4 de diciembre de 2007 reemplazamos la placa por otra más vistosa. Ana nos acompañó.

La hermanas de Beatriz Le Fur (y sus familias) agradecen al Municipio de Lanús y a las Comisión de Familiares de vecinos masacrados por la dictadura militar la oportunidad de sellar sus pasos en la esquina del barrio donde vivió apenas 22, pero, intensos años. Más precisamente en Castro Barros e Hipólito Irigoyen, frente a la escuela Nº 9 Martín Güemes donde Beatriz estudiara. Aunque, a juzgar por la semblamza escrita por sus compañeors de secundario, no estudió demasiado. Ella consta en una publicación del Centro de Estudiantes de esa especie de Nacional Buenos Aires de la zona Sur ¡Qué también existe! El Normal Nacional Antonio Menetruit (ENNAM) de Lomas de Zamora y dice: "con su carita almendrada y su boquita de miel/ es Beatriz Le Fur la ratera más fiel". Al viejo no le gustó demasiado la descripción de su hijita menor, pero hubiera estado orgulloso de haber llegado a asistir al homenaje de los ex-alumnos del ENNAM a 30 estudiantes Detenidos Desaparecidos en el 30 aniversario del golpe terrorista contra el Estado Argentino y sus habitantes. También nuestros padres hubieran estado orgullosos de participar en el encuentro del 9 de junio de 2006 cuando - en el 52 aniversario de su nacimiento- los vecinos de Almagro, sellamos los pasos de Beatriz frente al lugar donde militaba. Beatriz formaba parte de la Comisión de Familiares de Presos Políticos Estudiantiles y Gremiales (COFAPEG): recibía denuncias de las detenciones para avisar a los familiares y redactar los habeas corpus en un bar que, ahora remodelado, sigue llamándose Gildo. El nombre de Beatriz luce entonces, en una baldosa ubicada en Corrientes y Medrano, rodeado de vidrios de colores. También luce en el Normal de Lomas rodeado de dibujos de sus estudiantes actuales. Lo hará pronto frente a su escuela primaria junto a un ceibo. Será la comunidad educativa de ese colegio quien decida cómo ornarlo. Nuestros padres estarían orgullosos de acompañarnos y de transmitir a los pibes: una chica que -como ustedes- jugó, rió, lloró, estudió aquí, fue "desaparecida" por intentar hacer habitable el mundo. Ocurre que, a diferencia de jugar, reír, llorar, vivir (poco o mucho), estudiar (también, poco o mucho); "desaparecer" es un verbo sin anclaje en lo real. La directora del Normal 1 (Córdoba y Ayacucho) dijo, mientras colocábamos una baldosa con el nombre de dos ex alumnas Detenidas Desaparecidas: Algo habría que haber hecho para que no desaparezcan. Parafraseando la indiferencia cómplice que hoy tratamos de revertir, podríamos agregar: Algo habrá que seguir haciendo, por los 30 mil, por la aparición con vida de Jorge López, por la condena a los asesinos del maestro Fuentealba, por la educación, por la salud, por mejorar las condiciones de trabajo de todos, contra el Cromañón de turno, contra los estragos ecológicos. Quizás algo de ello nos reúne… ¿Cómo hacerlo? No nos gustan los actos protocolares. Apostamos a encuentros capaces de socializar un duelo más doloroso, en tanto debimos privatizarlo. Y, sobre todo, apostamos a encuentros que labren una cadena intergeneracional donde cada eslabón transmita al que le sucede las experiencias -incluidos los errores- vividas en su búsqueda por hacer habitables la escuela, el barrio, el país y el mundo. Cada generación decidirá cómo invertir el legado. Tampoco nos gustan los homenajes necrófilos, caracterizaba a Beatriz un profundo sentido del humor. No nos gusta una memoria mecánica tipo la de Funes el memorioso. Nos importa poner la memoria al servicio (con perdón de la palabra: servicio) de pensar como resolver los problemas actuales ¡Qué los hay! También nos negamos a inscribir la memoria de nuestra hermana en el lugar pasivo de la "víctima". Junto a Hermanos de Desaparecidos por la Verdad y la Justicia y otros organismos de DDHH, entendemos que deben acelerarse los juicios porque el reloj biológico no descansa y, a este ritmo, muchos victimarios quedarán impunes. Empero y, sin renunciar al castigo a los culpables, priorizamos lo que Beatriz y 30 mil Detenidos Desaparecidos hicieron en vida, por sobre lo que sus verdugos hicieron con ellos. Por último, si la comunidad educativa de la Escuela 9 cuida, además de la materialidad de la placa, la memoria de Beatriz. Si transmite su legado y el de 30 mil; esa herencia pasará a formar parte del patrimonio simbólico de ella y de todos…

Susana y Alicia Le Fur

Palabras leídas por la Concejala Paola Rezzano en el Consejo Deliberante de Lanús el 06-11-2008

Copiado de Historias de Vida - por Herman@s de Desaparecidos por Verdad y Justicia

Baldosa en honor a Beatrz Le Fur

Notas sobre Beatriz

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