A LA MEMORIA DE EDUARDO SERGIO KORSUNSKY
Una víctima de la dictadura militar de la década del 70 escribió:
Arrancaron nuestros frutos
cortaron nuestras ramas frutos
quemaron nuestro tronco frutos
pero no pudieron matar frutos
nuestras raíces
Eduardo nació un 15 de noviembre de 1951.Se crió en un humilde pueblo de Bernasconi, provincia de La Pampa,
República Argentina. Desde chico se destacó por ser un alumno respetuoso, inteligente y estudioso, tal es
así que finalizó sus estudios primarios como abanderado. Ejemplo ilustrativo de su aplicación y los
sentimientos que Eduardo provocaba es la nota que su maestra de 6º grado dejó por escrito al finalizar el
año escolar:
Eduardo: sigue escalando los peldaños de esa escalera que es infinita, cuanto más aprendemos nos damos cuenta lo
mucho que ignoramos. Con profunda satisfacción te dejo este recuerdo. Es la satisfacción del artífice que
contempla su obra acabada. Has sido la frágil arcilla que recibió las impresiones más simples y hoy eres
el orgullo de tus padres y maestros. Nuevos triunfos coronarán tus esfuerzos y serás a no dudar el hombre fuerte
y capacitado que tanto necesita nuestra patria
Eduardo se destacó en varios campos. En el intelectual, alcanzó un promedio general de 9,58 logrando así
ser merecedor de la bandera cuando sus estudios secundarios culminaron en la Escuela Normal de Bahía Blanca con el
título de Bachiller Universitario. En el afectivo, la admiración que su personalidad producía en sus
pares lo destacaron con el voto unánime como mejor compañero. De una sensibilidad extrema, Eduardo era amante de
la música, el teatro, la poesía, y descollaba por su espíritu inquieto ante lo desconocido,
dedicándose con pasión a cada una de estas actividades durante su corta vida. Así fue como en el 1970
organizó un grupo musical contando con Eduardo como pianista. Su talento llenó la sala de la Biblioteca
Rivadavia, en una función de Supermusidrama como despedida de egresados.
Su primer reconocimiento oficial de su curioso intelecto fue cuando recibió un merecido premio por su trabajo de
astronomía titulado "La Luna y su exploración" en septiembre de 1970 en la IV Feria Regional de las Ciencias.
Sin lugar a duda, Eduardo, un muchacho inteligente, sensible de espíritu, apasionado y curioso decidió dar sus
primeros pasos universitarios en la Universidad del Sur en 1971, destacándose con notas de primer nivel en asignaturas
como Lógica y Filosofía de la Ciencia (8), Introducción a la Economía (8), Matemática (10),
Historia Contemporánea (10), Historia Económica (8). Es a partir de ese momento que Eduardo comienza a
convertirse en un "joven peligroso por sus ideas" dentro de un contexto sociopolítico de represión en la
Argentina de los años 70.
Quizá la mejor manera de conocer a Eduardo es adentrándose en sus pensamientos a través de sus escritos.
Ya en el 1971 Eduardo manifestaba lo siguiente a un compatriota:
Habiéndome enterado de tu participación en un Congreso destinado a proyectar la reforma educacional me he
decidido a escribirte para hacerte llegar mis opiniones al respecto. Lo fundamental para mi es la total reforma de los
actuales y caducos programas de enseñanza, cambiándolos por otros que permitan e introduzcan el diálogo
franco y el debate sobre los temas desarrollados entre educador y educando. Esto amén de posibilitar la
comprensión entre alumno-materia determinará la formación de un alumno cabal, con propia personalidad y
sin temor a discusiones amigables.
Además tendrían que imponer el estudio obligatorio hasta el ciclo medio como mínimo, porque hoy en
día es indudable que movimientos de este tipo son los que realizan la estirpe de una Nación que recibe una
visión retrospectiva.
Porque desde cualquier ángulo de análisis ofrecen características generales muy complejas, pensadas y
amadas a través de las que se arriba a soluciones que suponen un gran salto evolutivo en el desenvolvimiento cotidiano
de un país. En nuestro caso, y desde un punto de vista racional, tenemos una sociedad que decide su futuro en un
momento exactamente propicio, que condicionó la revolución de una manera ineludible. Fue un momento cumbre para
su concreción, tanto político como militar y social.
Desde un ángulo pasional, esa misma sociedad, basándose en cada momento político, militar y social ha
logrado sucesivas tomas de conciencia propias que determinaron en ese momento un clima de liberación y
autodeterminación y nuestro movimiento triunfó y triunfó su ideario, pues era una resultante acertada de
la perfecta fundamentación que los hechos concretos racionales otorgaron al sentimiento del pueblo. Ambos
tópicos lograron articularse y aplicados determinaron lo que hoy debe ser nuestro orgullo inocultable y sin
excepciones. Pero lo esencial no es solo enorgullecernos solamente de realizaciones pasadas y, hoy particularmente, de una
gesta renovadora por excelencia. Lo fundamental es también tener presentes las motivaciones de aquellos hombres
enmarcados por la nombrada armonía razón-pasión continuar con la perenne renovación que ellos
iniciaron.
Porque todos los momentos deben sernos exactamente propicios y todas nuestras emociones perfectamente fundadas en ellos para
lograr que la evolución ascendente de los objetivos e ideas lanzados desde Mayo se eleven hasta un cenit imprevisible.
O sea que no los hechos en si de los albores del siglo pasado, sino la significancia de sus ideas y la importancia
contrastante que tuvieron sus realizaciones con respecto a las estructuras de la época deben servirnos como catapulta a
través de la cual no sólo miremos el pasado, sino también realicemos el presente y proyectemos el futuro.
Tal como se desprende de este fragmento, se puede vislumbrar a un joven con ideas sólidas y vanguardistas, de lenguaje
explícito y elegante. Sin duda, una mente y personalidad tan extraordinaria con un vigor y pasión de pocos
fueron los artífices de actos de persecución en la Universidad Nacional del Sur cuyo rector de la época
era Remus Tetus. Lamentablemente, Eduardo tuvo que mudarse y buscar refugio en la ciudad de San Nicolás,
dedicándose a vender productos alimenticios al por mayor para poder subsistir. Su madre Celia, a quien la han despojado
de su hijo –pero no de su memoria- recuerda:
El 4 de agosto de 1976, en San Nicolás, en la vía pública mi hijo fue detenido por el ejército.
Cuentan los vecinos, que a pocos días de haber sido detenido, un camión del ejército levantó de su
domicilio ropas, muebles y demás enseres. En la desesperación por encontrarlo fui al Batallón de
Ingenieros de Combate, Prefectura Naval, Policía Federal, Unidad Regional VII de Policía y la Comisaría
de San Nicolás. Golpeé las puertas de los Organismos de Seguridad de Rosario, La Plata, Santa Rosa, Mercedes,
Campo de Mayo ,1º Cuerpo del Ejército, Escuela de la Armada, Edificio Libertador, Ministerio del Interior.
Solicité ayuda a las autoridades eclesiásticas y al Sumo Pontífice. Mandé telegramas y
escribí infinidad de cartas al Presidente de la Nación, Ministro del Interior, de Justicia, de Defensa,
Comandantes, Jefes de Policía, Jueces. Estos y muchos más fueron parte del peregrinar buscando a mi hijo, todos
con resultado negativo.
Asimismo, Celia describe a su hijo como:
… un ser humano maravilloso, sensible, de actitudes nobles, abierto a sus semejantes, su contacto despertaba simpatía,
siempre dispuesto a ofrecer apoyo a un amigo o a su familia, comprensivo y respetuoso.
Hoy a 31 años de su desaparición, Celia sigue buscando los restos de su hijo y la respuesta a sus preguntas:
¿De qué se lo acusó? ¿Dónde lo tuvieron? ¿Sufrió? ¿Por qué
niegan a sus padres el derecho de saber que pasó? ¿Fue delito el soñar con la transformación de su
país, aspirar a un reparto equitativo de la riqueza, amar a su Patria, su Argentina como decía? La repuesta es
siempre la misma: el silencio de los que saben estas respuestas. Cuando el Tribunal de Roma, juzgó más de 50
años más tarde a Erick Priebke como el responsable del asesinato masivo en las Fosas Ardeatinas,
acuñó en su sentencia una expresión memorable "Incompatible con el Olvido". Solo el RECUERDO puede
salvarnos de la repetición de atrocidades semejantes. Mirar cara a cara a la verdad para seguir siendo humanos.
Lancemos nuestras denuncias mas allá de las fronteras, marchemos por el retorno a una sociedad liberada de la
indiferencia y el miedo y conseguiremos que hechos similares no vuelvan a repetirse.
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