desaparecidos

Marlene Katherine Kegler Krug
Detenida-Desaparecida el 24/9/76



Marlene Katherine Kegler Krug

Tenía 22 años

Como todos los días que tenía que cursar en la Facultad de Medicina de La Plata, Argentina, -donde era estudiante avanzada de obstetricia -, ese 24 de setiembre de 1976 Marlene salió temprano de su casa, en la calle 125 Nº 148 de Berisso. Nunca regresó.

Fue secuestrada en la calle, frente a testigos ocasionales que intentaron ayudarla, pero que desistieron amedrentados por los tiros al aire con que los captores se impusieron.

48 horas después, el diario El Día de La Plata informaba – aunque sin identificar a la víctima – que una joven había sido secuestrada al mediodía de ese 24 de setiembre, mientras aguardaba un ómnibus frente a la Facultad, en el Paseo del Bosque, avenida 60 entre 120 y 121. Las señas de la joven proporcionadas luego por algunos de los que presenciaron el hecho, confirmaron que era Marlene.

Tres de los cuatro hombres de civil que viajaban en un Torino, se avalanzaron sobre ella e intentaron introducirla en el automóvil, Marlene se resistió con fuerza, aferrándose a una columna de alumbrado público y profiriendo gritos de auxilio, pero no pudo evitar ser arrastrada hasta el Torino, a cuyo volante aguardaba el cuarto hombre. Todo esto en medio de golpes, insultos y disparos al aire, para evitar que quienes presenciaban el secuestro, pudieran socorrer a la víctima.

Finalmente, el auto partió a toda velocidad. Los testigos dijeron después que tendría patente de Mendoza y que, en el forcejeo, a uno de los secuestradores se le cayó una credencial policial, entregada más tarde a los efectivos del ejército que arribaron al lugar casi de inmediato, para - según El Día - inspeccionar la zona en procura de los secuestradores. No hace falta decir que ese operativo fue infructuoso.

También el decano de Medicina, Manuel García Mutto, se acercó al lugar y estableció sin más, que Marlene no era alumna de la facultad.

Días después, su domicilio fue allanado por personas vestidas de civil, que lo inspeccionaron cuidadosamente, sin que esto trascendiera a la prensa.

En enero de 1977, una comunicación telefónica anunció a sus padres Ettel Benedicht Kegler Séller y Helma Krug Schneider de Kegler, que Marlene estaba detenida en una dependencia del Gran Buenos Aires. Después se supo que uno de los sobrevivientes del terrorismo de estado, Pablo Díaz, la vio en el campo de concentración "Arana", brutalmente torturada; luego fue vista en otro campo, "Puesto Vasco", de Quilmes.

Marlene nació el 13 de abril de 1953 en la Colonia Hohenau, Departamento de Itapúa, Paraguay, en el seno de una familia alemana muy numerosa. De buen porte, delgada, facciones armoniosas, cabellos castaño claro cortitos y ojos del mismo color, vivaces y expresivos, Marlene se ganaba enseguida el aprecio de quienes la conocían ; se destacaba por su sencillez, humildad y espontaneidad, por su alegría de vivir, por su risa contagiosa; los más allegados la definen como una persona de muy buenos sentimientos, solidaria y muy responsable de sus actos. Recuerdan su amor por la familia, el montón de fotos de sus padres y hermanos que siempre llevaba con ella, para mostrar a los amigos; la inclinación por los pequeños detalles: una hebilla con un nomeolvides de metal pintado de rosa, un sombrerito paraguayo de plata filigranada, colgando de una cadenita que llevaba al cuello y que le había regalado su papá; si olvidaba algo en casa de alguna compañera – anteojos de sol, un piloto de nylon -, lo dejaba de regalo, como si sospechara su destino y necesitaba sembrar cosas suyas para que no la olvidaran… Generosa y cálida, un amigo aún recuerda con nostalgia cómo, camino a la facultad, ambos se demoraban comiendo las moras negras que poblaban los árboles en noviembre, o compartían los sándwiches que le daban a ella, cuando salía de trabajar.

Con un sólida formación cultural, que incluía el manejo del idioma inglés, además del alemán y el español, Marlene decidió su ingreso a Medicina, en 1972; por ello vino a la Argentina, más exactamente a La Plata, en cuya facultad de Ciencias Médicas cursó hasta el tercer año; en 1976 concretó su pase a Obstetricia.

Pese a provenir de un hogar de buena posición económica y a que sus padres pretendían a toda costa pagarle los estudios, ella sólo aceptaba la mitad del dinero indispensable para cubrir sus gastos; el resto se lo ganaba haciendo tareas de empleada doméstica, porque considera que el trabajo es un derecho al que debe tener acceso todo el mundo.

Profundamente sensible, Marlene no fue ajena a los acontecimientos que signaron el último tramo del gobierno constitucional justicialista. La preocupación por los sufrimientos del pueblo y por los problemas del ámbito estudiantil – el cierre de ña Universidad y del Comedor Universitario, especialmente -, la llevaron a militar en una agrupación política estudiantil, vinculada al Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS). Eran los tiempos de la impunidad para la Triple A, cuyos asesinatos prometían un sombrío futuro a quienes quisieran cambiar lo que era injusto; dos de sus víctimas, los secretarios académicos Achem y Miguel fueron secuestrados en La Plata el 8 de octubre de 1975, sus cadáveres aparecieron a las pocas horas en Sarandi, acribillados a balazos; el sepelio se convirtió en una impresionante movilización de dolor y protesta en la que Marlene participó, y que fue violentamente reprimida por la policía.

Ella colaboraba con los compañeros que hacían pintadas callejeras pidiendo la reapertura de la Universidad; participó en algunos de los incontables actos relámpagos que generalmente se realizaban en el centro de La Plata y en los que, desafiando la represión, los estudiantes cantaban consignas y distribuían panfletos; esas manifestaciones duraban escasos minutos y se dispersaban antes de la llegada de las fuerzas del orden; un sábado a la noche, irritada por no encontrar a los estudiantes, la policía montada efectuó una cerrada descarga de disparos al aire, para desesperación de hombres, mujeres y niños que a esa hora paseaban por la avenida 7 y las calles céntricas.

Además de trabajar, estudiar y militar, Marlene encontró tiempo para el amor, el joven que impactó su corazón, aún hoy no encuentra consuelo pensando que las cosas pudieron haber sido distintas, si no se hubieran separado por cuestiones del momento…

La desaparición de Marlene – "Cuñata", como la llamaban cariñosamente sus amigos - tronchó una vida plena y una carrera brillante, y hundió en la desesperación a su familia.

Sus padres denunciaron el secuestro en la comisaría de Berisso el 8 de octubre de 1976, un día después de haber reclamado sin éxito al ministerio del Interior, noticias sobre su paradero.

Presentaron seis hábeas corpus, todos archivados tras las respuestas negativas de la policía federal y bonaerense, el ministerio del Interior y las autoridades militares.

El 29 de setiembre de 1983, con el auspicio de la embajada alemana, 41 familiares presentaron al juez federal Oscar Mario Salvi, una hábeas corpus colectivo a favor de 48 personas de origen alemán o descendientes de alemanes, detenidas y desaparecidas en la Argentina, durante la dictadura. Entre ellas se encontraba Marlene.

En ese escrito, se dijo: "Los beneficiarios son todos habitantes del suelo argentino, que resultaron víctimas de un accionar represivo conjunto y previamente planificado por las fuerzas armadas, de seguridad y policiales, y cuyas características sobresalientes fueron la ilegalidad de medios y procedimientos y la flagrante violación de los más elementales derechos humanos y garantías constitucionales. Todo ello en el marco de la más absoluta impunidad originada en la supresión de la independencia de los poderes del Estado".

"Así, si ilegítimos fueron cada uno de los operativos de detención practicados en los propios hogares, en lugares de trabajo o en la misma vía pública y ante numerosos testigos presenciales, tanto más ilegítimo y aberrante para los principios jurídicos de nuestro ordenamiento deviene la posterior situación fáctica de la desaparición forzada de personas, que hace que hasta la fecha nada sepan los familiares de la suerte corrida por sus seres queridos, como resultado de la acción represiva aludida".

"El hecho particular que vincula a los aquí beneficiarios dentro de la realidad genérica de miles de argentinos y extranjeros detenidos-desaparecidos, lo constituye el ser de nacionalidad alemana o de pertenecer a la colectividad alemana en nuestro país, comunidad que ha visto afectada su vida de relación en este Estado receptor y violados los valores esenciales de toda comunidad civilizada".

"Comunidad que justamente ya sufrió una situación similar a ésta, caracterizada por deportaciones, prisiones y eliminaciones masivas, durante los aciagos días de la Segunda Guerra Mundial. Por esa época, en Alemania primaba el criterio de que no podía darse ninguna información sobre el lugar donde se encontraban los prisioneros ni cuál había sido su suerte. Tal criterio cobró actualidad en nuestro país a partir de mediados de la década del 70 y especialmente, luego del marzo de 1976, con la asunción del actual proceso de reorganización nacional".

"Así surgió el fenómeno de los detenidos-desaparecidos, que en la realidad no es tal, porque ninguno de ellos se ha desvanecido ni perdido. Cada uno de ellos se encuentra en un lugar bien real como consecuencia de una serie de decisiones tomadas y ejecutadas por personas que existen!"

Esto es lo que V.S. tiene necesariamente que tener en cuenta, para la ubicación del paradero de los beneficiarios de esta acción. Todas las circunstancias apuntadas, llevarán a V.S. a tramitar el presente recurso de hábeas corpus de manera conjunta y concentrar la actividad procesal e investigativa, respondiendo al mismo tiempo a principios de economía procesal y conexidad jurídica".

El caso de Marlene fue denunciado a la CONADEP, que lo incluyó en la causa "Provincia de Buenos Aires II", remitida al juzgado federal Nº 4 de La Plata, el 4 de diciembre de 1984.

Todos los esfuerzos empeñados en obtener noticias sobre el paradero, fueron inútiles; Marlene sigue desaparecida y sus secuestradores, continúan impunes.

*Extraído del Libro "Semillas de Vida. Ñemity Ra". Editado por la Comisión de Familiares de Paraguayos Detenidos-Desaparecidos en la Argentina. Buenos Aires, Argentina, 1990.


Marlene también fue vista por Alicia Carminati en el Pozo de Banfield, y por Nilda Eloy en el Vesubio. Cuando Nilda la vio tenía las marcas de haber sido fue crucificada, Nilda pudo ver las marcas en las manos, los pies y la espalda. También fue vista por Gustavo Calotti y Pablo Díaz en el Cuatrerismo de Arana. Allí fue torturada brutalmente, los otros detenidos-desaparecidos escuchaban sus gritos. En un momento, cuando la estaban torturando, hubo un silencio y los guardias dijeron que "se les había quedado". Se jactaron de ello. Un represor dijo que la entierren en el fondo. Marlene no volvió nunca más. Su cadáver tampoco ha aparecido.

  • Marlene Kegler Drug, Paraguaya, Torturada y Desaparecida en la Argentina por Stella Calloni
  • Nota del Martiriólogo Latinoamericano

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