desaparecidos


La Montaña






De lejos la mirábamos, altiva, desafiante,
esperando respuestas a nuestro compromiso.
Ella era la montaña amiga de los vientos,
con su vieja costumbre de tutear a las nubes.
Nosotros sólo éramos un grupo sediento de aventuras,
que unimos nuestros brazos
para formar sólo uno.
Nuestros brazos de amigos...

 

Eduardo Luis Vicente