Lunes 12 de Noviembre de 2001 Juicio por la Verdad, Mar del Plata.
Informe de la Secretaría de DDHH de
A.D.U.M.
Jornada histórica - Barda quedó detenido El presidente del Tribunal, el Juez Falcone, aclaró que su citación se daba en el marco de un proceso no punitivo sino reconstructivo de la verdad. Sin embargo el Coronel Barda anunció inmediatamente su decisión de no declarar, amparándose en el fallo del 13 de septiembre de 2000 de la Cámara de Casación por el caso Corres. El juez Falcone volvió a aclarar que la citación había sido en carácter de tercero y no como parte, por lo cual tenía obligación de declarar. Barda ratificó su decisión de no hacerlo, por lo que Falcone le anunció que a partir de ese momento quedaba arrestado. Fue entonces que la tensa expectativa de la sala estalló en un cerrado aplauso. La emoción embargó a quienes desde hace más de 25 años vienen luchando por el esclarecimiento de los delitos de terrorismo de Estado dentro del marco de la Justicia. La reciente declaración de la Cámara Federal con respecto a la inconstitucionalidad de las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, abre nuevamente la posibilidad de que los responsables de delitos de lesa humanidad sean finalmente juzgados en nuestro país. Después de la negativa
del Coronel Barda a declarar en este Tribunal y finalizado un cuarto
intermedio, prestaron declaración testimonial el Dr. Pablo Cóppola y el
Sr. Pedro Cattalano. El primer testigo
citado fue el Dr. Cóppola quien compartiera con el Dr. Arestín y el Dr
Cangaro el estudio de abogados en el que desarrollaban su actividad
profesional. Declaró que en julio de 1977 (no recordó la fecha
precisa), por la tarde, mientras atendía un cliente, irrumpió en su
despacho un hombre joven, delgado, de pelo corto y vestido de civil.
Los apuntó con un revólver, ordenándoles que se quedaran dentro y cerró
la puerta. A los segundos escuchó gritos y pedidos de auxilio del Dr
Arestín. Al cabo de unos instantes salieron de la oficina y constataron
que se lo habían llevado. En el lugar, dentro de su oficina, también
estaba el Dr Cángaro y alguna secretaria cuyo nombre no recuerda. Dado
que las cortinas y persianas siempre permanecían cerradas por la tarde,
no pudo verificar qué ocurría en la calle ni cómo eran los vehículos y
personas que secuestraron al Dr Arestín. Pero en la oficina de Arestín
encontraron manchas de sangre El siguiente testigo
fue Pedro Cattalano, víctima de secuestro en junio de 1977. Relató que
en ese mes, no recuerda la fecha, estando en el negocio de un amigo,
Oscar Rutnik, entró gente con uniforme de fajina. Los esposaron y
encapucharon, para luego tirarlos al piso de un camión. Por la brevedad
del trayecto recorrido y la cercanía del mar, tiene la certeza de que
estuvo en la Base Naval. Nada pudo ver mientras estuvo allí, ya que
permaneció con capucha y esposas, sólo cortas visualizaciones mientras
comía. Percibió que era una habitación mediana, con paredes recubiertas
por material acústico. Supo que había otros presos cerca, que no
siempre eran los mismos, y no conoce nombre ni apodo de nadie, salvo el
de Oscar Rutnik. Había tres grupos de personas en contacto con los
presos: uno, los golpeaba y torturaba (simulacro de fusilamiento,
amenazas permanentes de muerte), otro los custodiaba (trato más
humanitario) y otro realizaba los interrogatorios.
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