Luis Patti, actual intendente de la ciudad de Escobar (Provincia de Buenos Aires), candidato a la gobernación de la
provincia, y ex-agente y luego comisario de la policía, participó en la represión durante la
última dictadura militar.
En 1973 fue acusado de asesinar a balazos a tres
adolescentes en una confitería del Barrio Lambertucci, de Escobar, porque
recibió informes de que habían asaltado y violado a una mujer. Al
frente de una comitiva policial, el entonces oficial principal
sorprendió a los jóvenes (de entre 16 y 17 años) jugando al metegol y
los acribilló ahí mismo. Luego se comprobó que las víctimas no tenían
ninguna relación con los delitos denunciados. El hecho fue publicado
únicamente por el diario local "El Actual", dirigido por el militante
comunista Tilo Wenner. Un día después del golpe de Estado, el 25 de
marzo de 1976, Wenner fue secuestrado y desaparecido.
En 1975, ya trabajaba en el destacamento policial "Otero", en
Victoria, en el que funcionaba un campo de concentración. Sus
superiores serían luego hombres del círculo íntimo del general Ramón
Camps, jefe de la Policía Bonaerense.
El primer sobreseimiento en favor de Patti fue dictado en 1976, en
el distrito judicial de San Isidro. La causa llevaba el número 11.299.
El entonces oficial de la Policía Bonaerense Luis Patti estaba imputado
por aplicación de tormentos al detenido Julio Di Battista. Después de
los trámites de rigor, el juez penal Clodomiro Luque lo sobreseyó
provisoriamente y el entonces fiscal Luis Oscar Zapata nunca apeló
aquella decisión que, virtualmente, terminó por convertirse en
definitiva por el simple paso del tiempo.
Otra denuncia que califica a Patti de torturador fue recogida por la
Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), que
abrió con ella el legajo Nº 2530. Allí figura como "Patty o Patti,
alias El Loco, oficial integrante de sección o grupo en la comisaría de
Tigre".
Los primeros años de la dictadura militar lo encontraron en Tigre y
San Martín. El entonces coronel Ramón Camps lo tenía entre sus
preferidos. En su legajo constan reiteradas felicitaciones; entre
ellas, la recibida por "la encomiable labor desarrollada" cuando ,
junto al cabo Jesús de la Cruz persiguen a tres supuestos delincuentes
que habían asaltado un comercio de Escobar. Después de un tiempo los
encuentran. "Ante la orden de detención los malvivientes responden con
armas de fuego -dice el parte- originándose un nutrido tiroteo en el
que resultan abatidos los tres asaltantes.
De acuerdo a Isabel Chorovit de Mariani, integrante de Abuelas de Plaza de Mayo,
Patti integró el grupo policial que allanó su domicilio: "Sé
que nadie podrá certificar mis dichos y que esto me puede traer
problemas, pero él estuvo en mi casa cuando este grupo robó todas mis
pertenencias". El episodio se produjo días después de otro operativo
en el que "un grupo de tareas asesinó a sangre fría a mi nuera y a otras
tres personas y secuestró a mi nieta".
El 17 de mayo de 1983 el ministerio de Interior de la Nación y la
Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires informaron que
Osvaldo Agustín Cambiasso y Eduardo Pereyra Rossi habían sido "abatidos
en un enfrentamiento" con efectivos del Comando Radioeléctrico de la
Unidad Regional de Tigre. Los policías involucrados eran los
suboficiales Rodolfo Diéguez, Juan Amadeo Spataro y el oficial
principal Luis Abelardo Patti.
En verdad, Cambiasso y Pereyra Rossi habían sido secuestrados la
mañana del 14 de mayo en el bar Magnum de Rosario en un operativo
combinado del I y II Cuerpo de Ejército. Después se comprobó que fueron
torturados y asesinados. El entonces jefe de la Policía Bonaerense, (el
torturador, secuestrador y desaparecedor, exculpado por Punto Final)
general Fernando Verplaetsen, aseveró que los policías involucrados
actuaron "como corresponde". "Acá se parte de la base de que son malos
y actuaron mal -dijo Verplaetsen- y yo creo que actuaron muy bien".
Los acusados quedaron detenidos en la unidad carcelaria nº 3 del
Servicio Penitenciario Provincial, en San Nicolás. El 4 de noviembre,
la Cámara Segunda de Apelaciones de San Nicolás confirmó el
sobreseimiento provisorio de los tres policías acusados y ratificó así
el fallo dictado previamente por el juez Marchetti. El tribunal
consignó en su fallo que los testigos fueron, extrañamente, modificando
sus dichos originales. En palabras de la Cámara"Uno no vio lo que
parece insólito no viera, otro no oyó lo que era audible para
cualquiera; aquel no estaba donde debía estar". Además, calificó como
"de débil contextura" la credibilidad de Patti. Pero igual dictó el
sobreseimiento. Así se puso fin a los cinco meses que los uniformados
habían pasado en prisión.
Luis Abelardo Patti participó de la represión en La Tablada. 23 días
antes había sido ascendido a subcomisario y había sido trasladado desde
el Cuerpo de Caballería del Escuadrón San Isidro a la Unidad Regional
de San Martín.
El 2 de octubre 1990, el juez en lo Criminal de San Isidro, Raúl
Alberto Borrino, ordenó el arresto del subcomisario Luis Patti por
apremios ilegales contra dos hombres acusados de robo. Los sospechosos
confesaron el robo, pero Borrino no dudó en formularle a Patti el cargo
de tortura, muchos más grave e inusual en Argentina. "Las víctimas
afirmaron que habían sido trasladadas no a la comisaría sino a una casa
en las afueras de Pilar, donde una de ellas; (Mario) Barsola, fue
golpeada y sometida a la tortura del submarino seco", señalaba el
informe judicial. Cuando Patti llegó conectó una batería a un aparato
eléctrico y le aplicó corriente en los testículos. Ante los gritos de
dolor de Barsola, el otro detenido, (Miguel) Guerrero, le suplicó a
Patti que se detuviera. Entonces, el policía preguntó"¿me estabas
hablando a mí?" y luego comenzó a aplicarle corriente a Guerrero
también.
En 1991 fue subjefe del Grupo de élite Halcón de la Policía
Bonaerense con asiento en la sede de la Brigada Aérea de Morón.
Encabezó importantes operativos en Moreno, José C. Paz y San Miguel.
Integran el grupo un centenar de hombres especialmente entrenados para
luchar contra el terrorismo, el narcotráfico y controlar los estallidos
sociales. En todos los casos realizan, incluso, tareas de prevención.
La primera vez que se oyó hablar de ellos fue en 1989 cuando el
entonces subsecretario de Seguridad provincial, Carlos Alberto Pombo,
anunció su creación.
El 14 de mayo de 1995, exactamente doce años después del secuestro
de Cambiasso y Pereyra Rossi, se impuso en las elecciones para la
intendencia de Escobar, nada menos que con el 73 % de los votos. Sin
embargo, nunca pudo evitar la proliferación de los graffiti que lo
definen"Patti = represión". Asumió el 12 de diciembre, superando los
problemas judiciales. Aún tenía pendiente una causa por apremios
ilegales en San Isidro. Pero fue absuelto, el 24 de noviembre (justo a
tiempo) debido a que no tenía una sentencia firme y se amparó en la
presunción de inocencia. Las torturas habían sido comprobadas pero la
Cámara de Apelaciones adujo que los cinco años transcurridos obligaban
a declarar extinguida la acción penal, por prescripción.
A pedido del presidente Menem, viajó a Catamarca a fines de 1990,
para investigar el crimen de María Soledad Morales. Permaneció en esa
provincia hasta marzo de 1991, lapso en el que intentó imponer la
teoría de que la adolescente fue víctima de un hecho pasional en el
que el principal responsable era Luis Tula. Volvió a Buenos Aires sin
aclarar el caso y sin torturar a nadie. La justicia probó muchos años
después que esa muerte tuvo connotaciones políticas y que la
responsabilidad era de Guillermo Luque, hijo de Luis Luque, un
catamarqueño que comenzó siendo custodio de Leónides Saadi y terminó
siendo diputado nacional por su provincia.